Pina: "Es un orgullo que las instituciones estén con nosotros"

El Granada estaba hace siete años en Tercera División y hace tres, en Segunda B. Desde la llegada de Quique Pina en el verano de 2009, acompañado del respaldo económico de Gino Pozzo, el club ha crecido de forma exponencial y ha sufrido una metamorfosis digna de elogio y admiración. La llegada del murciano trajo para el Granada la resurrección deportiva: el salto a Primera División. Pero la renovación y actualización del nuevo Granada también se ha visto reflejada en el plano financiero y tras acogerse al concurso voluntario de acreedores, eliminó su deuda y se ha convertido en uno de las Sociedades Anónimas Deportivas más saneadas de Primera División.

Pero no se puede crecer tanto en tan poco tiempo sin quedarse por el camino alguna asignatura pendiente como la posesión de unas instalaciones propias, una ciudad deportiva que equipare al Granada con la mayoría de los clubes que militan en la Liga de los Ases. Mientras que llega el momento de levantar un vivero propio de jugadores, el Granada ha encontrado en la Ciudad Deportiva de Armilla, propiedad de la Diputación Provincial, su verdadera casa. Se acabó aquello de andar de acá para allá con la casa a cuestas sin saber muy bien el lugar de trabajo cada mañana, como ha sucedido durante años, e incluso la Diputación ha acometido una serie de reformas no sólo en la mejora del campo de hierba natural sino también en las instalaciones anexas, vestuarios, sala de fisioterapia y gimnasio.

En el acto para la renovación anual del acuerdo con la Diputación, celebrado ayer, el presidente rojiblanco Quique Pina dijo que "todo lo que sean acuerdos significan respaldos y todo lo que sean respaldos significa que es un orgullo para el Granada por poder disponer de estas ayudas. Las instituciones están con nosotros y eso es un orgullo para el Granada. Cada vez que hemos acudido a la Diputación, siendo Sebastián Pérez presidente, nos hemos ido con ayudas para el Granada".