El técnico revulsivo Abel Resino debuta contra su pasado

Desde que coincidieron hace dos temporadas en Segunda, el destino parece encaprichado en unir al Celta y al Granada. Todo empezó con un incendiario playoff de ascenso, después vinieron unas negociaciones al límite por Roberto Lago, las idas y venidas de Orellana, y, para rizar el rizo, el fichaje de Abel esta semana por el club vigués. Vidas cruzadas con un único objetivo: mantenerse en Primera.

El técnico toledano arranca hoy en Vigo una odisea que el año pasado completó con éxito. Llegó al Granada al inicio de la segunda vuelta y lo dejó, sufriendo hasta el último minuto, en la tierra prometida. Conseguido el objetivo, Quique Pina le cerró la puerta de Primera que ocho meses más tarde le ha vuelto a abrir el Celta. Los vigueses han ido a buscar al exportero para que despierte a un equipo que se ha quedado dormido con el plomizo e incoherente discurso del anterior entrenador.

El reto que tiene Abel por delante es de los que da vértigo y casi entra en el terreno de lo milagroso. Recoge a una plantilla que ha sido reforzada de manera ilógica, que se encuentra a cinco puntos de la permanencia y que ha logrado dos de los últimos quince puntos en juego. En su debut no hará ninguna revolución. La gran novedad puede ser la entrada del experimentado De Lucas, marginado por Herrera, para buscar mayor verticalidad.

Lanzado.  El mejor espejo para el Celta es su rival de esta tarde. El Granada ha resucitado con la llegada de Lucas Alcaraz y de fichajes de garantías. Solo Leo Messi ha sido capaz de superar hasta el momento a la nueva versión del conjunto nazarí.

Abel Resino: "Debemos aplicar un cambio radical de mentalidad"

"El equipo debe aplicar un cambio radical en su mentalidad. En un conjunto modesto en Primera no se puede competir solo 20 minutos o dejar de ayudar a un compañero. A lo mejor el Celta lo hacía el año pasado en Segunda porque ganaba fácil. Pero en Primera no se gana fácil. Los jugadores han asumido que no se ha ido a los partidos con la intensidad adecuada. Los números son pobres en muchos aspectos y se deben a falta de competitividad. He visto partidos del Celta con buen trato de balón, buena posesión, pero falta llegar al área. Hay que ser mucho más ambiciosos y cuando hay que ir para arriba, se debe hacer con todas las consecuencias. Tengo un gran recuerdo del Granada. Ahora es un equipo más intenso, vertical y directo. También se han gastado su dinero".