La Real gana a lo grande el último derbi en San Mamés

La Real jamás olvidará su último partido en San Mamés. Dio un espadazo al Athletic, al que deja malherido pensando en cómo salvarse, mientras acrecienta sus opciones de meterse en Europa. Le salió redonda la despedida de La Catedral. Salió viva del acoso rojiblanco en la primera mitad y rentabilizó un fallo mayúsculo del meta Raúl para abusar al final del hundido equipo de Bielsa, que se equivocó gravemente al descomponer el once en el cambio de Muniain.

El último derbi de San Mamés fue a una oda a la decisión. El Athletic, tras comprobar que a la Real le pesaba la cita inicialmente y le comían los nervios, se lanzó a la yugular con decisión, pero no acertó ni midió bien los esfuerzos. Contribuyeron al vendaval un De Marcos apoteósico y un acertado Ibai. Pero los leones no marcaron hasta la cuarta ocasión clara, cuando un buen centro de Aurtenetxe fue respondido con una volea, propia del mejor Dani, por Ibai Gómez.

El Athletic y la Real llevan dos caminos distintos en esta campaña y, créanlo, la fortuna también influye en el fútbol. Porque en la primera ocasión que pisó el área de un dubitativo Raúl, Griezmann, que había robado la cartera a Iraola, cabeceó a la red un centro medido de Chory Castro.

A Montanier parecía haberle dado un ataque de entrenador situando demasiado arriba a Xabi Prieto, casi como un delantero más, y alineando a Agirretxe por un Vela en vena. Pero guardaba al mexicano, fresco, para el tramo decisivo, con los leones zurrados física y moralmente. Y tuvo la suerte de que el primero marcase justo cuando le iba a sustituir.

Los de Bielsa se marcharon al descanso con un injusto empate a uno, entre otras cosas porque Aduriz tampoco andaba demasiado atento. Fueron a mucho peor tras un grave fallo de Raúl al no blocar una simple falta colgada por Chory. Agirretxe metió la puntita y Vela, la estocada. Montanier apostó por un partido largo y ganó. Sus cambios fueron divinos, hasta Zurutuza dio el pase del 1-3 a escasos segundos de entrar al campo.

Undiano Mallenco, en quien el Athletic tiene una gran desconfianza, no fue decisivo, pero obvió una clara tarjeta roja a Markel Bergara por pegar un tortazo a Ander Herrera en el minuto 58. Un buen rato después, el medio donostiarra le pidió disculpas en un balón parado. Pero la agresión quedó ahí.