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OSASUNA 1 - REAL ZARAGOZA 0

Osasuna saca la cabeza y asoma al Zaragoza al abismo

Un gol de cabeza de Kike Sola le bastó para la victoria. El Zaragoza hizo un buen primer tiempo, tuvo ocasiones pero le faltó acierto. Silva frenó el control aragonés.

Osasuna saca la cabeza y asoma al Zaragoza al abismo
Mikel SaizDIARIO AS

Osasuna estaba a ocho puntos del Zaragoza al final de 2012 y anoche lo sobrepasó: una llamada a la alarma en toda regla para un Zaragoza que no ha logrado sumar una sola victoria este año y que en Pamplona exhibió juego suficiente en el primer tiempo para reclamar la justicia mayor de un empate, una posibilidad negada por su insuficiente pólvora en el ataque y por la inseguridad flagrante dela defensa. Situvo méritos, no logró capitalizarlos. Un gol de Kike Sola cuando el partido aún estaba naciendo le bastó a Osasuna para imponerse. El Zaragoza dominó la primera mitad, pero los cambios tácticos de Mendilibar en el intermedio frenaron su control y dejaron al equipo de Jiménez varado en su derrota y en la clasificación.

Con su gol en el minuto 4, Osasuna sometió al Zaragoza a la exigencia de un largo regreso que no completaría. El gran cabezazo de Kike Sola le sonó a Osasuna como un cornetazo de retreta. Su ímpetu entró en receso y Apoño comenzó a mezclar el juego del Zaragoza con buen criterio y algunas gotas de su mejor gusto. Aunque el conjunto de Jiménez produjo aproximaciones sustanciales, Osasuna no dio nunca la impresión de sentirse incómodo en ese escenario. Mucho del peligro del Zaragoza vino desde la izquierda, con centros de Montañés, Abraham y Rochina, que tomaba perfiles cambiantes. Una vez que se asomó al área encontró un remate que obligó a Andrés.

Bienvenu y Apoño no llegaron a alcanzar esos servicios por poco. El camerunés, debutante como titular en el puesto de Hélder Postiga, tuvo escasas apariciones, pero estuvo más cerca que nadie del gol. Un pelotazo desde el fondo le permitiría mostrar su exuberante carrera, rebasar a Flaño y obligarlo al derribo camino del área. Velasco Carballo interpretó que la cobertura de Rubén, que venía en paralelo, bastaba para que la jugada no fuese ocasión manifiesta de gol. Lo era. Flaño vio amarilla.

Osasuna se equilibraría mucho más con la entrada de Silva en el descanso. Mendilibar había localizado sin dificultad las superioridades numéricas en el medio que el Zaragoza traducía a control del juego. Con Silva, esa prevalencia se acabó. Nino y Armenteros se abrieron a los lados y eso bastó para contener el dominio aragonés y recuperar la pelota más adelante. Así, el partido ganó un animado vaivén de lado a lado: Kike Sola y Oier se plantaron frente a Roberto con balones salidos del pie de Armenteros porla derecha. Noencontraron el remate. Rochina culebreó otra vez en la frontal y disparó cruzado.

La dinámica del segundo tiempo resultó más equilibrada. Osasuna estuvo más próximo al gol, con Silva abanicando su centro del campo y Oier en el papel de pulmón. Apoño, la luz del Zaragoza en la primera mitad, perdió protagonismo y, aunque Montañés y Rochina siguieron intentándolo con incursiones desde los flancos, la nula capacidad de Bienvenu para bajar ninguna pelota o siquiera tocarla, le impidió avanzar posiciones. El peligro para Andrés quedó circunscrito a los balones parados, pero ni el Zaragoza encontró rematadores ni el portero autorizó excesos en su territorio. Una falta de Apoño que buscó el palo derecho fue el último aliento del Zaragoza, que se asoma al abismo un año más.