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Rayo 3 - GETAFE 1

El Rayo va en cohete

Un golazo de Lass y un doblete de Piti sirven al equipo de Paco Jémez para barrer al Getafe. La expulsión de Míchel frenó la reacción azulona.

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El delantero del Rayo Vallecano Piti, celebra con sus compañeros uno de los dos goles que ha marcado ante el Getafe.
El delantero del Rayo Vallecano Piti, celebra con sus compañeros uno de los dos goles que ha marcado ante el Getafe.Alberto MartinEFE

A las 20:00, el Rayo se subió en un cohete. Aquello no parecía el Rayo, era un equipo de Champions. Presión, viveza, toque, orden... El Getafe quedó pasmado, inerte, sobrepasado. Imposible parar semejante aluvión de fútbol y menos aún si al joven Lass se le ocurre sacar un conejo de la chistera: un recorte para dejar sentado a Torres, un autopase para burlar a los centrales y un chut dentro del área impresionante directo a la red. Golazo antes del cuarto de hora. De los azulones no había noticias.

En estos términos le planteó el partido Paco Jémez a Luis García. De mitad hacia arriba, el Rayo jugó como un grande, comiéndose en la zona a Gavilán, Diego Castro y Lafita, sin respiro, sin tregua. El escenario era una tortura para Torres, desarbolado por Lass, y también para Alexis, Lopo y Valera, que veían en Leo Baptistao y Piti a dos auténticos Balones de Oro por su movilidad y remate.

No había apuesta más clara que el segundo gol vallecano, esta vez en botas de Piti, el capitán y referente de todas las maniobras tierra-aire del Rayo. Se rozaba la media hora y para entonces Luis García y la mayoría de sus jugadores pedían a voces irse al vestuario para reflexionar. El Getafe no estaba en Vallecas. Era una especie de juguete en manos de Trashorras y Chori Domínguez, que dominaban el balón a placer.

A la vuelta de la terapia de grupo, los azulones apuntaban cierto estirón. Un atrevimiento que duró seis minutos, los que tardó la zaga en volver a ‘cantar’ para que Leo, Domínguez y Piti montaran un contragolpe limpio que subió el tercero a la cuenta. Entretanto, por allí seguía Lass con su recital ante Torres, pero un dolor en la rodilla recomendó su sustitución.

Luis García no vio otra que morir matando tras la pista de un tiro al poste de Álvaro. Y metió a Alcácer, un goleador que cumplió al instante. Cabezazo impecable a la red para despertar ¡por fin! al Geta, apuntalado por la inspiración de su portero Moyá, que empezó a pararlo todo.

Y en esta operación de ir a las armas estaban los azulones, con tiempo y voluntad, cuando Míchel hizo una de desesperado: se puso a insultar gravemente a Leo (por un golpe fortuito que le hizo sangrar por la nariz) y vio una roja de libro. Ya con diez, adiós reacción adiós. El Rayo se rehizo y siguió en su cohete hasta el final, deleitando a Vallecas.