Joel Campbell sentencia el duelo entre Rubén y Riki

Hay partidos planos, de fácil lectura y normalmente aburridos como un tostón. Hay otros que son como montañas rusas, llenos de subidas costosas, trepidantes bajadas y plenos de emociones. El que se vivió en Riazor fue, sin duda, de los segundos.

La primera parte fue un resumen de lo que está siendo la vuelta del Depor a Primera. Los de Oltra se adueñaron del balón y comenzaron a crear ocasiones claras. La primera de Riki, que de forma incomprensible estrelló su remate contra el muñeco (Adrián) cuando estaba solo en el área pequeña. Luego fue Valerón con un disparo colocado desde la frontal que se encontró con el larguero. Los coruñeses dominaban y jugaban con criterio sustentados en las anchas espaldas de Álex Bergantiños.

El Betis aguantó la subida y Rubén Castro aceleró a la primera ocasión que vio una cuesta abajo. Combinación con Nacho, centro perfecto de éste y buen gol de cabeza ante la mirada pasiva de Roderick. El joven central portugués estaba jugando bien, pero comprobó con crudeza lo caro que cuesta un despiste en Primera.

La vendetta del ex del Depor aún no había terminado y al poco de comenzar el segundo tiempo definió con maestría otra buena asistencia de Nacho. Era su venganza, fría y de calidad, a tantos años sin oportunidades en A Coruña.

Riazor calló, pero de pronto, todo lo que no había logrado el Depor con fútbol, apareció con dos balones colgados al área. Riki cazó el primero de cabeza y el segundo con la derecha para empatar el duelo en sólo cuatro minutos.

La remontada se olía hasta que Oltra cambió a Roderick por Bodipo, delantero por central. El Depor perdió el sitio y Campbell puso la última emoción al sube y baja con un golazo que deja al Betis sentado en la Champions y al Depor, un poco más hundido.