Roger logra un premio excesivo

Está claro que el fútbol no entiende de justicias. Para empezar, el primer gol del Celta no debió subir al marcador. De Lucas anotó en fuera de juego tras un buen pase de Iago Aspas. El moañés se inventó un gol de la nada y el linier colaboró dando validez al tanto. Primera injusticia de la tarde. A partir de ahí los vigueses convirtieron el encuentro en un monólogo. La segunda parte sólo tuvo un color y sólo fue celeste. Antes del descanso, Martins había conseguido equilibrar algo la balanza, pero tras la reanudación el asedio local fue mayúsculo.

Recital de Dehli.

El Celta ya no vive sólo de las genialidades de Iago Aspas, ahora cuenta con un jugador que está a un nivel sublime y que desequilibra a sus rivales sólo con la mirada. Michael Krohn-Dehli completó su semana fantástica con otro partido de ensueño. El problema es que no fue suficiente para los vigueses. El cuadro olívico debió haber cerrado el encuentro mucho antes, pero Munúa evitó el desastre levantinista y dejó a su equipo con vida hasta el final.

A un equipo como el Levante no se le puede dejar vivo. Si no lo matas, ellos te matan a ti. Y eso fue lo que sucedió. En el último minuto, los azulgranas gozaron de una falta directa al borde de la frontal. Míchel la ejecutó contra la barrera, Barkero recogió el rechace y se disfrazó de mago. Se sacó un pase imposible de la chistera y Míchel se la entregó a Roger para que empujara el balón a gol. Bermejo pudo desempatar en el descuento, pero erró en el remate de cabeza.