Historias de una gran rivalidad

Atlético y Sevilla son dos de los grandes del fútbol español y a lo largo de la historia sus caminos se han cruzado en citas importantes de nuestro fútbol. En 1936 el Atlético descendió en un partido entre ambos. Elícegui adelantó al equipo rojiblanco, pero Berrocal, Tache y Tejada pusieron a los sevillistas por delante. Gabilondo recortó y en el último instante, Chacho tuvo en sus botas la salvación. El penalti de que dispuso lo lanzó al palo y los madrileños bajaron. Unos años después, el Atleti salió vencedor en esa particular disputa. En la 50-51, se jugaron el título en Nervión, el Atlético empató y se llevó la Liga. En la final de Copa de 2010 el Sevilla ganó al Atlético por 2-0 y alzó el trofeo en un Camp Nou en el que había 50.000 aficionados rojiblancos. Entre tanto hubo también instantáneas que quedaron para el recuerdo, como la mano de Alfaro en el culo de Toché. Lo peor es que esa rivalidad en el campo también pasó a la grada y han sido numerosos los enfrentamientos entre los grupos más radicales de ambas entidades. A ellos habrá que recordarles que también hubo, como en toda relación, momentos buenos. En 1995, en la última jornada, a los dos les valía el empate (a los del Manzanares para salvarse y al Sevilla para ir a la UEFA). El partido acabó 2-2, todos contentos y los dos consiguieron su objetivo. Hoy ambos escribirán un nuevo capítulo en una rivalidad llena de emoción e intensidad.

 1951. Gol anulado al sevillista Araujo

El Sevilla siempre se quejó del gol mal anulado a Araujo. En la temporada 50-51 ambos se jugaron el título en la última jornada. El partido acabó 1-1 y la pelota, como se ve en la imagen, había salido. El Atlético fue campeón.

2006. Una lata de cerveza dio a Palop

El Sevilla ganó 0-1 en 2006 y en el Calderón se vieron acciones impropias de un partido. El árbitro expulsó a Perea, Luccin y Petrov y la grada se encendió. Palop recibió el impacto de una lata de cerveza.

2004. Agresión de Alfaro

Fue una de las imágenes de la temporada 2004-05. Alfaro no tenía muchos miramientos a la hora de defender. Le metió su mano por la parte trasera del pantalón de Toché.