El estadio lleva el nombre de Rommel Fernández

El estadio donde hoy juega España lleva el nombre de un futbolista panameño que no pasó inadvertido en nuestro país, Rommel Fernández, el Panzer, delantero que hoy en día valdría millones.

Nació el 15 de enero de 1966 en el barrio de El Chorrillo en Ciudad de Panamá. Allí dio sus primeros pasos como futbolista, en una barriada altamente confl ictiva. En dicho barrio nació el ex campeón mundial del peso ligero Roberto Mano de Piedra Durán y es el único que cuenta con dos equipos en la Primera de la liga panameña de fútbol, el Plaza Amador y el Chorrillo.

Cuando Rommel tenía 20 años se marchó a Tenerife para jugar el Mundialito de la Emigración. Los técnicos del cuadro chicharrero vieron todas condiciones que reunía y decidieron ficharlo. No tardó en convertirse en un ídolo para la afi ción tinerfeña y fue clave en el ascenso del equipo a la máxima categoría.

El ariete panameño era una auténtica pesadilla por su peligrosidad y su físico. Eran muchos los que decían que “chocar con él es como hacerlo contra una roca”. Su buen hacer le llevó al Valencia en la temporada 91-92, pero no se adaptó. La temporada siguiente fue cedido al Albacete, que iba a cumplir su segunda campaña en Primera. Tal y como ocurrió en Tenerife, Rommel, que le marcó al Cádiz uno de los goles más rápidos en la Rinde memoria al exjugador del Tenerife, Valencia y Albacete historia de la Liga al anotar a los 18 segundos, se convirtió en un ídolo de los seguidores manchegos. Su figura se imponía dentro y fuera del campo.

El 6 de mayo de 1993 el delantero terminó de entrenar con el Alba y se marchó a comer al restaurante Los Martínez de la pedanía albaceteña de Tinajeros. Entre los comensales estaban su primo, Rolando Rojas, el portero Marcos, el centrocampista Bjeliça y el extremo Manolo, ahora director deportivo del Levante. Una vez fi nalizada la comida, regreso a Albacete. Once kilómetros por delante. Rommel, que viajaba en un Toyota Celica junto a su primo que había venido desde Panamá, no terminó el viaje. En un repecho el coche se fue junto a un árbol y la cabeza del delantero chocó mortalmente contra el árbol y la puerta de su coche mientras escuchaba su música favorita: salsa.

Fue un mazazo en Tenerife, Albacete y en su país, donde se celebró un multitudinario entierro. El Frente Blanquiazul de Tenerife siempre deposita fl ores en el Heliodoro en el aniversario de su muerte. En Albacete, su peña, Curva Rommel, todos los 6 de mayo va al lugar donde perdió la vida junto a representantes del club manchego.

Lo que es la vida. España juega en el estadio que lleva su nombre. El pasado domingo el Albacete jugó ante el Cádiz, al que le hizo a los 18 segundos un gol, y hoy sobre el césped panameño habrá un consagrado jugador que le veía siendo un niño desde las gradas del Carlos Belmonte cuando tenía nueve años, Andrés Iniesta.