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CASTILLA 0 - RECREATIVO 1

Valle, demasiado para el Castilla

El filial sucumbe ante el Recreativo, superior, y un excelente Jonathan Valle. El Castilla, con muchas bajas, acumula 13 partidos seguidos sin dejar la puerta a cero.

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Jonathan Valle supera en un salto a Ríos.
Jonathan Valle supera en un salto a Ríos. DANIEL SASTREDIARIO AS

La historia del fútbol es caprichosa. Un ejemplo claro es Jonathan Valle, juguete roto del fútbol español. Considerado uno de los mayores valores de este deporte cuando vestía la camiseta del Racing de Santander, Valle desapareció de la escena sin dejar ni rastro. Hasta que este verano el Recreativo de Huelva lo sacó del equipo dela AFE, que dirigía el que hoy es su entrenador Sergi Barjuan, y le dio una nueva oportunidad. Y Valle no la ha desaprovechado. Si el Recre ganó al Castilla fue, en gran parte, por el partido del cántabro. Todo lo que hizo, lo hizo bien. Sobre todo, el pase del gol de Alexander. La parte de la culpa de la derrota del Castilla bien pudo ser de Toril, desbordado ante tantos problemas.

La epidemia del nueve blanco, en peligro de extinción últimamente, se siente también en el Castilla. Ni Morata ni Jesé estaban disponibles, así que Toril buscó una solución de emergencia. Ante la falta de un referente, el técnico del filial madridista puso a Óscar Plano, una bala para aprovechar cualquier hueco. En lugar de sacar a relucir su velocidad, Plano se confundió entre los centrales, desubicado y desasistido. El canterano es una víctima más de la extraña idea de que cualquier jugador puede hacer de delantero, que con tanta fuerza ha impactado en el fútbol español. Cuando Toril quiso reaccionar, el Recre ya sacaba de quicio a su equipo.

A Plano no fue lo único que se comió la falta de un delantero centro. Los problemas del Castilla ante el estricto orden del Recre se reprodujeron en el centro del campo. Toril trató de fortalecer la media, pero le falta algo al Castilla ahí. Las bajas arriba sacaron de sitio a Álex Fernández y ni Mosquera ni Mascarell, con más calidad que capacidad, se impusieron. Tampoco acertó Toril cuando sacó a José Rodríguez, el protegido de Mourinho. El Recre, de la mano de Valle, aprovechó todos esos regalos de Toril.

Lo intentó con firmeza el Castilla al principio, como cada partido. El filial blanco sale con mucha fuerza aunque luego pierde con facilidad ese ritmo. Mejor dicho, no lo impone. El Recre vio el envite, lo aceptó y subió la apuesta. Nunca te metas con alguien que puede reventar tus virtudes. El Castilla lo hizo y se le vino todo encima. El Recre dominaba frustrado, pues se veía incapaz de hacer un sólo gol. Nada salió de la primera mitad. El ritmo, frenético, dejó dos goles mal anulados y poco más. El del Recre, una obre de arte de Brozek; el del Castilla, un misil de Ríos que engañó a todos.

La segunda mitad trajo lo mejor del Recreativo. Entre Dimas y Matamala templaron el juego y al Castilla se le ve muy incómodo si no se juega a todo lo que da la máquina. Nada funcionaba en el filial, perdido en su propia casa, y el Recre empezó a asustar de verdad. Primero perdonó Granero, que falló lo imposible, sin portero, en carrera y el balón llegándole raso y blandito. Más que un fallo, un pecado. Después, el susto se hizo realidad. Valle se adueñó de un balón en la frontal y sin tiempo para que nadie reaccionase, le dio un pase magistral a Alexander, que regateó y batió a un desacertado Jesús Fernández. Las soluciones de Toril sucumbieron en ese mismo instante y el Castilla, incapaz de detener la sangría en su propia meta, ya no pudo hacer nada. Valle había regresado para condenarles.