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Alberto Rivera

"El Madrid debe decidir si utilizará a la cantera o no"

Alberto Rivera (Puertollano, 1978) es el canterano más joven en debutar y marcar con el Madrid. Fue el 10-06-95, con 17 años. Ahora tiene el reto de ascender con el Elche.

"El Madrid debe decidir si utilizará a la cantera o no"

Le preguntarán a menudo si está viviendo su segunda juventud a sus 34 años

¿La segunda? Más bien la tercera o la cuarta (risas), señal de que se están haciendo las cosas bien, no sólo individualmente sino en cuanto al grupo, al equipo, al club. Estoy contento. Cuando los resultados acompañan la alegría es otra. No es lo mismo trabajar cuando salen las cosas bien que cuando no.

Sentirse tan importante, haber jugado todos los minutos, ser el enlace con el entrenador, a esta edad, ¿reconforta?

Yo no lo veo así. Lo importante es el grupo, con la plantilla que hay cualquiera puede hacer esa función. Todo el mundo está bien y por eso vamos como vamos.

¿Cómo es Fran Escribá?

Es trabajador, estudia mucho a los rivales, es muy metódico y piensa en el día a día. Tiene mucha culpa de la situación que estamos viviendo.

¿Qué fue lo primero que le pidió?

En el fútbol a veces no hace falta hablar mucho. Yo le conocía por ser el segundo de Quique y él a mí por mi trayectoria. Los que llevamos tanto tiempo sabemos lo que tenemos que hacer casi sin hablarnos. Fue más un diálogo de bienvenida que de lo que quería de mí en el campo. Eso ha ido llegando con el tiempo.

¿Y de su idea futbolística qué me dice?

Él mira los futbolistas que tiene y, a partir de ahí, intenta sacar el mejor rendimiento de cada uno. Si tuviese otro tipo de jugadores se amoldaría a ellos, porque lo estudia todo al milímetro. Con los jugadores que tenemos, jugar como lo estamos haciendo beneficia al grupo.

¿Cómo se ve el camino desde ahí arriba cuando se espera ese ascenso desde hace tantos años?

Vamos muy bien, nunca se habían conseguido tantos puntos en estas jornadas pero todavía no hemos hecho nada. Eso también es verdad.

¿Y cómo ve a la afición ahora?

Costó un poquito engancharla tras la desilusión de hace un año, pero ya se le ve ilusionada con el equipo. Están viniendo, animando y van a ser muy importantes.

Con los años ha ido retrasando su posición

Cuando eres joven empiezas casi de delantero y con los años pierdes velocidad frente a los jóvenes y vas retrocediendo para dejar a otros con más chispa por delante.

¿Con la edad se ven las cosas de otra manera?

Posiblemente sí. Lo importante ya no es lo que tú puedas hacer individualmente, sino el grupo. Cuando eres más joven tienes más pájaros en la cabeza. Ahora intentas disfrutar más de la convivencia y, si encima van las cosas bien, pues mucho más.

¿Y cuál es el mejor grupo en el que ha estado?

He tenido mucha suerte en eso. Si de algo estoy orgulloso es de los buenos compañeros y amigos que he tenido en todos los sitios. No sabría elegir uno.

El miércoles en Alcoy debutó con el Real Madrid José Rodríguez y marcó, a la misma edad que usted, con diecisiete años. Aquello marcó su carrera

Para bien y para mal. Debutar tan joven fue bueno porque me di a conocer, porque pude ir a la Selección en categorías inferiores, pero también la presión y la exigencia que tuve fue muy superior a la que un jugador debe sentir a esa edad.

¿Qué consejos le daría a los debutantes?

Les diría que no piensen que ya han llegado por haber debutado, que van a ser estrellas y a ganar mucho dinero. Se lo tendrán que currar mucho, les van a exigir más que a nadie, que no se relajen.

¿Y si hay que marcharse?

A mí me pasó. Me fui a Francia, siempre seré del Madrid pero quería jugar y allí no podía. Allí no se acaba el mundo. Soldado se fue del Real Madrid y acabó llegando a la Selección.

Su episodio automovilístico nocturno tampoco le ayudó

Aquello se magnificó. Se dijeron cosas que no pasaron, pero no creo que influyera en nada.

Usted debutó en Balaídos, de la mano de Jorge Valdano

Fui porque se lesionó Butragueño. Sirvió más para endurecerme y madurar que otra cosa. Yo creo que con diecisiete años no era el momento de estar en el primer equipo. Después estuve cuatro años en el filial, iba convocado alguna vez, pero el que me dio la oportunidad de quedarme en el primer equipo fue Del Bosque, que es quien más me marcó en el Madrid.

Vio de cerca el debut de Raúl

Debutamos el mismo año, sí. Pero él continuó jugando. Me marcó y me ayudó. Jugamos en juveniles juntos, nos conocíamos bien. La autoconfianza que tenía en sí mismo es lo que le ha hecho llegar donde ha llegado, a ser un referente en el fútbol español y mundial. Eso es admirable. La gente joven debería aprender que uno, a pesar de sus condiciones, confiando en sí mismo puede llegar donde se proponga.

Ya entonces hubo sus roces entre cantera y primer equipo, con Valdano y Benítez, aunque no tan violento como ahora

Es evidente que un club vive del primer equipo y las pautas las tiene que marcar el primer equipo. Pero también hay que tener en cuenta que los chavales se están formando y hay que pensar en ellos. Lo que tengo claro es que dentro de un club todos deben remar en la misma dirección y esas disputas tarde o temprano se deben arreglar porque no llevan a ningún lado.

¿Pero arreglarse dentro o fuera?

Es normal que se discrepe, pero eso se debe arreglar en una oficina, hablando, y no en los periódicos.

¿Conoce personalmente a Toril?

Sí, le conozco. Está haciendo las cosas muy bien. Ascendió al equipo y la Segunda es muy difícil, y lo está haciendo bien, todo con los chavales.

Mourinho dice que debe elegir entre buscar la clasificación del Castilla o formar para el primer equipo

Bueno, eso será si los vas a utilizar. Si es así no cabe duda que lo que debes hacer es formarlos. Si no lo vas a hacer te vende mucho más que el filial esté cuarto o quinto a que esté peleando por el descenso. Por eso para mí el primer planteamiento es saber si vas a utilizar a los chavales o no. Eso es lo que debe decidir el Real Madrid.

Pero Mourinho no es el único que no ha mirado hacia la cantera blanca en este tiempo mientras que el Barcelona sí lo hace

Son culturas diferentes. En mi época lo que nos inculcaban en el Real Madrid era ganar. En cada entrenamiento tenías que ganar. El Madrid hace jugadores para ganar.

Pero el Barça gana

¡Ahora! No siempre.

¿Entonces es esa cultura de ganar la que asfixia a la cantera?

En absoluto. Hasta ahora el Real Madrid ha sido el mejor equipo de la historia, el club que más trofeos y títulos ha ganado. Y eso era porque formaban a los chavales en la filosofía de ganar. El Barcelona está ganando ahora que ha cogido una época que tiene muy buenos jugadores pero le costó bastante. Madrid y Barcelona nunca han jugado de la misma manera y va por épocas.

¿Y cuál es la apuesta que le gusta a usted?

Yo quiero siempre que gane el Madrid, pero es verdad que viendo al Barça te diviertes.

Hablando de divertirse, ¿recuerda cuando jugó la Champions con el Betis?

Fue histórico. Viví el primer partido que ganó el Betis en esa competición.

¿Y le contó Lopera que Abramovich preguntó por el rubito de rizos?

A mí no me lo contó, ¡lo leí en el periódico! Conociendo a Lopera no sé si sería verdad, pero gracioso era y me llenó de satisfacción.

¿Quién fue Manolo Preciado para usted?

Nos conocimos en el Levante. Él venía del Racing, estaba solo, recién fallecida su mujer. Yo estaba soltero. Manolo se llevaba muy bien con todos pero con cuatro o cinco hubo un feeling especial. Quedábamos los jueves o viernes, hablábamos y entablamos amistad. Con el paso del tiempo fue más amigo que entrenador.

Y luego cuando acabó con el Betis le llevó a Gijón

Estando allí él no me lo pensé. Viví tres años maravillosos en Gijón, costó mucho salir de allí. La familia se amoldó fenomenal. En lo deportivo, quitando los últimos tres meses todo fue muy bien. La afición me quería, estaba encantado en la ciudad. Pero los contratos se acaban...

¿Cómo recibió la noticia de la muerte de Manolo?

Estaba en Puertollano, bautizábamos a mi hija dos días después. No me lo podía creer. Salimos para Santander ese mismo día. Si marcó tantísimo a gente que ni siquiera le conocía pues los que éramos amigos imagínate, mucho más.

¿Qué le queda por vivir?

Mucho. Un ascenso con el Elche. Y disfrutar. Es lo único que me planteo.