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LLAGOSTERA 0-VALENCIA 2

Jonas pide perdón con gol

El brasileño abrió la lata de la Llagostera. Valdez dejó sentenciada la eliminatoria. Gol anulado a cada equipo. Serellés falló un penalti en el minuto 82

Actualizado a
Jonas pide perdón con gol

El Valencia resolvió con dos acciones a balón parado un partido trampa y dejó vista para sentencia su eliminatoria ante el Llagostera. Lo de ayer era un trámite, sí, pero incómodo por el momento y también por el contexto. Los de Pellegrino tenían poco que ganar y mucho que perder y lo hacían en un campo de césped artificial; pequeño, mejor dicho, enano; en una noche de perros y ante un rival que salió ladrando. Pero un gol de Jonas en el último segundo de la primera parte y otro de Valdez mediada la segunda mitad le sirvieron a los blanquinegros para cumplir con su parte en la Copa del Rey y en cierta medida calmar los ánimos, tanto en lo colectivo (no estaba la cosa como para sorpresas ni bromas coperas) como también en lo individual, en concreto hablando de Jonas.

El brasileño pidió perdón con hechos y palabras. En las últimas horas había sido noticia por protagonizar el primer 'incendio' interno en el vestuario de la era Pellegrino (su enfado por ser sustituido contra el Athletic -con lanzamiento de botella incluido- le supuso un castigo deportivo, una reprimenda de su entrenador ante el resto de compañeros y una sanción económica). Ayer también fue noticia pero por lo que debería ser siempre y él querría serlo: por su fútbol. Jonas no sólo abrió la lata del Llagostera en el último segundo de la primera parte. También protagonizó las mejores ocasiones del Valencia: un disparo de falta que sirvió a Moragón para lucirse ante su público y las cámaras y un gol anulado por fuera de juego pero cuya ejecución fue perfecta. Lo dicho, Jonas pasó página en Llagostera a lo que el Flaco entendió como un desplante.

Zanjado el caso Jonas, vayamos con todo lo demás. Digamos de primeras que el envoltorio del encuentro evocaba más a copa inglesa que española. Con aficionados de pie y paragüas en mano. Con lúgubre luz y cortina de lluvia constante. Y con un equipo, el Llagostera, que hizo uso del balonazo y de primeras hasta contagió a los de Pellegrino. A Banega y a Parejo les costó ubicarse y hacerse con un espacio entre tanta pierna propia y rival. Y sin ellos llevando la manija, costaba encontrar las diferencias que existen entre un Primera y un Segunda B.

Los de Alsina presionaban y las dimensiones del campo hacían el resto. De hecho hasta que el argentino y el de Coslada encontraron su lugar, los catalanes eran los que con mayor frecuencia llegaban a la portería de Guaita y los que más sensación de peligro daban. Cierto que el colegiado Gil Manzano se tragó unas manos de Vallho en el área a todas luces voluntarias y también la mencionada ocasión tras saque de falta de Jonas. Pero el Llagostera, a su manera, con su fútbol arcaico, con Sellerés peleándose con Víctor Ruiz, Ricardo Costa y el que se le pusiera por delante, veía, sentía, creía que en cualquier rechace podía no sólo ladrar sino también morder. De ahí la importancia del gol de Jonas en el último suspiro de la primera parte para los suyos. De hecho ni tan siquiera se llegó a sacar de centro.

Ese gol fue al partido como cuando te desvelan a mitad de película que el asesino es el mayordomo. Le quitó tensión e interés. El Valencia, que aún la brega del Llagostera había dado la cara, sin alardes, pero con predisposición (palabra que se está convirtiendo esta temporada en trending topic del valencianismo), comenzó a tocar sin prisa pero sin pausa. Sobre todo porque tras el descanso emergió con más regularidad que antes la figura de Banega, que demostró que su fútbol estaba a años luz del resto. Y también se sintió cómodo Parejo. Entre ambos llevaron el partido a donde les interesaba. Lejos del área de Guaita y con velocidad en el pase como para evitar una mala patada.

Faltaba sólo ese segundo gol que dejará encarrilada la eliminatoria. Y el aquí paz y después gloria en la Copa llegó tras otra acción a balón parado. Córner que saca Dani Parejo y Nelson Valdez, que hasta ese instante no había podido ni oler la portería, remató al fondo de la red. Pudo el Llagostera llevarse una alegría y un mejor resultado. Pero Sellerés mandó al poste un inocente penalti cometido por Barragán. Sólo queda por mencionar a un jugador: Gayà. Al canterano no le pesó la camiseta del primer equipo, aunque enfrente hubiera un Segunda B.

Segundo triunfo a domicilio

El Valencia encarriló su pase a los octavos de final de Copa de Rey y aunque fuera en el campo de un Segunda B logró su segunda victoria a domicilio de la temporada. Los partidos lejos de Mestalla están siendo su talón de Aquiles y de hecho en Liga todavía no sabe lo que es ganar como visitante (sólo un empate). Los de Pellegrino lograron su primer triunfo a domicilio hace una semana en Minsk en su visita al BATE Borisov en la Champions y ayer la segunda en el Municipal de Llagostera en la Copa del Rey.

El crack

Banega El argentino peleó por tener espacio y cuando lo tuvo demostró ser el mejor futbolista sobre el campo.

¡Vaya día!

Sellarés El delantero peleó y se dejó todo en el campo, pero no tuvo suerte. Le anularon un gol y falló un penalti.

El dandy

Jonas El brasileño tuvo las mejores ocasiones. Un disparo de falta, un gol anulado y el que sí valió, el 0-1.

El duro

Barragán Calculo mal y se llevó por delante a Sellarés. Cabeza con cabeza y ambos quedaron tendidos.