Champions League | BATE 0 - Valencia 3
Soldado saca el BATE
Hat-trick del delantero y buen partido de Tino Costa
Roberto Soldado parece haber vuelto. Al menos en Minsk no lo dudan. El delantero blanquinegro sacó a pasear anoche su 'bate' por Europa y se coronó como protagonista estelar de la victoria del Valencia, un equipo que volvió a lograrla lejos de Mestalla tras ocho meses sin hacerlo y que parece despertar. No sólo ganó, también convenció y transmitió. Lo dicho, Soldado firmó tres dianas y bien pudo irse de Bielorrusia con cinco.
Vayamos con los detalles. Técnicos del mundo. No dediquen más tiempo del necesario en analizar al BATE. Visto un partido, todos. Tienen claro no, clarísimo a lo que deben jugar. A lo que pueden. Y lo saben hacer hasta que se ven por detrás en el marcador. Forman un embudo entorno a su portería y salen al contragolpe como si les fuera la vida en ello. Dieron la pelota al Valencia como si a esto del fútbol se jugara sin ella, pero en cuanto la recuperaban, espoleados por un público que acepta sus limitaciones, buscaban a Rodionov cual Mesías bielorruso.
Y tuvieron sus ocasiones para repetir la gesta del día del Bayern, sobre todo una que no terminó en gol porque Diego Alves sacó una mano a ras que dejó a Rodionov compuesto y sin balón.
Pellegrino sabía lo que le iba a proponer el BATE y amén de revolucionar el once buscando frescura con hasta siete caras nuevas con respecto al Athletic, colocó a Tino Costa entre líneas. Ni era un trivote al uso ni un enganche tradicional. Pero el argentino se sintió cómodo. Rindió más. Con Albelda y Ricardo Costa al equipo le encontraron menos las cosquillas. Era un Valencia con personalidad, predispuesto como quería Pellegrino, aunque en verdad con el paso de los minutos fue metiéndose en la cueva del lobo, la del BATE. Pero Soldado, cuando parecía que lo mejor para el Valencia era irse al descanso, y 40 minutos después de haber errado un mano a mano, se revolvió en el área cual torero con el capote y a Likhtaravich no le quedó otra que agarrarle. Penalti. Gol. De los psicológicos, porque al poco llegó el descanso.
De Alves... al gol.
El golpe definitivo al partido lo asestó de nuevo Soldado tras centro de Guardado. El Valencia le pagó al BATE con su propia moneda. Con un contragolpe letal que cosas del destino arrancó con un pie milagroso que sacó Diego Alves tras disparo de Hleb. Corría el 55 y el resto fue coser y cantar.