Bielorrusia - España | Otro conflicto
Pidieron 25.000 euros a las radios y no entraron
Al conflicto televisivo que privó a España de ver el encuentro de la Selección en Bielorrusia se sumó otro radiofónico. SportFive pidió, por sorpresa, una cantidad desorbitada a las emisoras acreditadas. Ninguna pagó y sus narradores contaron el partido desde sus habitaciones de hotel.
Un conflicto generó otro. No se vio el Bielorrusia-España porque ninguna cadena pagó la cantidad exigida por SportFive, tenedora de los derechos, y tampoco hubo narración desde el estadio del Dinamo de las emisoras de radio acreditadas. SportFive exigió a cada una de ellas 25.000 euros. Ninguna aceptó. Fue el último episodio inaudito de un partido siempre al borde del apagón. Los narradores acabaron contando el partido desde la habitación de su hotel.
Entre el jueves y ayer, SportFive contactó con algunas de las cinco emisoras acreditadas para el choque (SER, COPE, Onda Cero, Abc Punto Radio y Radio Marca) para anunciarles que tendrían que pagar 5.000 euros por la retransmisión si alguna cadena televisiva ofrecía el encuentro en España y 25.000 si no había imágenes. Otras, como la SER, ni siquiera recibieron el aviso. Fue una exigencia sorpresa porque la mecánica habitual es que las emisoras conozcan cuando solicitan las acreditaciones a una federación si los derechos son de un tercero y están sujetos a un canon. Un canon que no excede de una décima parte de lo que pedía SportFive. La Federación Bielorrusa ni exigió ni advirtió nada. Las cadenas se acreditaron, pagaron a la compañía telefónica el coste de las líneas y en la tarde del jueves comprobaron en el estadio que todo funcionaba. Sin embargo, ayer los cajetines necesarios para la transmisión habían desaparecido. A algunas emisoras les solicitaron el justificante de pago. "No money, no line", fue el mensaje del empleado que un día antes había supervisado que las líneas telefónicas funcionaran. Hubo unanimidad en no pagar.
Redacción repartida. Los narradores, con sus técnicos, optaron por la solución de urgencia de contar el partido de sus habitaciones del hotel presenciando las imágenes de la televisión bielorrusa. Los redactores del micrófono inalámbrico se quedaron en el estadio y recurrieron a los teléfonos móviles para ofrecer las impresiones de los protagonistas. La cadena SER repartió a su redacción para evitar cualquier contratiempo: Manu Carreño, director de Carrusel, por si fallaba la narración de Carlos Martínez desde el hotel, intervino desde el domicilio de Maldini, colaborador del programa, que había captado a través de la antena parabólica la transmisión del partido de la televisión portuguesa Sport T. El resto del equipo de Carrusel permaneció en el estudio recibiendo esas mismas imágenes.