Bruno echa un capote al técnico Manolo Sánchez

Una jugada puede bastar para cambiar un partido. En este caso fue una chiquillada de Bruno, cuando el Villarreal tenía el partido encauzado, ante un Sporting excesivamente nervioso. El 'submarino' se adueñó del balón y del partido, mientras que su rival, con Manolo Sánchez pendiente de un hilo, hacía lo que podía.

Los rojiblancos se limitaban a defenderse, pero sin demasiado convencimiento. Trigueros desmantelaba las ideas de contención de los locales, respaldado por Senna y con la amenaza de Hernán Pérez y Cavenaghi.

Cumplida la primera media hora, Carmona se fue de Bruno, quien le dio dos patadas sin balón delante del árbitro. La expulsión del castellonense modificó el guión del encuentro, porque el Sporting pasó a controlar el centro del campo que tenía perdido, a base de empuje y con Carmona muy activo. Una buena combinación, la única de los gijoneses en el primer tiempo, entre Trejo y el mallorquín acabó con un pase a la zona de remate donde apareció David para inaugurar el marcador.

En el segundo tiempo, Velázquez transformó el dibujo táctico de su equipo para dejar a Mellberg sólo en el centro e la zaga, apoyado por Senna. El Villarreal asumió el mando del balón, mientras que el Sporting se limitaba a defenderse y a tratar de que las combinaciones entre los amarillos no llegaran al área de Cuéllar. Dos disparos de Cavenaghi fueron el principal peligro, en uno de los cuales el portero extremeño hizo la parada del partido, con la que evitó el empate.

Grada, descontenta. Pese a la ventaja en el marcador, la grada de El Molinón estaba descontenta con el juego de su equipo. La victoria se redondeó a dos minutos del final, en un disparo de Sangoy, potente y cruzado, que sorprendió a Juan Carlos. El argentino había lanzado antes un tiro a la base de un poste. Era el juego de los gijoneses, el contraataque y tirar para aprovechar que el portero del Villarreal tenía el sol de frente.

El conjunto visitante jugó mejor, pero le faltó la puntería en los metros finales y le pesó en exceso la expulsión del centrocampista Bruno, una chiquillada que le costó demasiado caro a su equipo. En el Sporting, pese al triunfo y la continuidad de Manolo Sánhe, el ambiente esta revuelto. El equipo gijonés no convence con su juego.