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Barcelona - Real Madrid | Encuentro en Casa Juan con Pirri y Asensi

"Fuimos grandes rivales, pero somos mejores amigos"

Pirri y Asensi conversan sobre sus años de rivalidad en el Madrid y el Barça; de compañerismo en la Selección y de amistad en el Puebla mexicano. Les une más de lo que les separa. Todo un ejemplo de cara al partido de mañana.

Actualizado a
Pirri y Asensi.
jesús aguilera

José Martínez, Pirri, (Ceuta, 11 de marzo de 1945) y Juan Manuel Asensi (Alicante, 23 de septiembre de 1949) tienen más en común de lo que aparentan. Símbolos del Madrid y del Barcelona, capitanearon ambos equipos en la década de los 70 y principios de los 80, marcaron entre los dos más de un centenar de goles defendiendo sus respectivas camisetas y curiosamente, obtuvieron los mismos entorchados internacionales con España (41). A toro pasado, y viéndoles compartir mesa y mantel en Casa Juan rememorando sus días de corto, uno ve en ellos una conversación que perfectamente podrían protagonizar Xavi y Casillas dentro de unos años. La amistad, que en su caso les llevó incluso a coincidir en el Puebla mexicano cuando dejaron el Madrid y el Barcelona, ha perdurado por encima de la rivalidad de ambos equipos. Para aquellos que aún piensen que Barça y Madrid son irreconciliables, estén atentos a esta conversación, que fluye naturalmente desde el primer abrazo.

Pirri: ¿Te acuerdas de la patada que te dio Benito?

Asensi: ¿Cuál de ellas?

P: Un día en el Camp Nou, dentro del área. Lo recuerdo como si fuera ayer. Tú tenías la pelota controlada en el área y vi que Goyo iba con todo. Te dio, pero no hizo falta que el árbitro lo viera. La patada se oyó en todo el estadio. Fue uno de esos penaltis que se pitan de oído. De los que dices: "Que lo tiren cuanto antes, retomamos el partido y aquí no ha pasado nada".

A: Pensaba que te referías a una que me cazó en un contragolpe. Sacó el portero en largo y yo empecé a correr por la banda izquierda y por el rabillo del ojo vi que Goyo iba al corte. Sólo me quedaba acelerar y cerré los ojos, llegué justo a tocar el balón y salté para que no me pillara. Me dio de lleno. Di tres mortales antes de caer. Goyo, se levantó como él hacía, con todo el pecho pafuera y fue a por mí, me dio la mano, me levantó y ¿sabes que me dijo?

P: Dime...

A: "Coño Juan, perdona, no sabía que eras tú". Y tú no sabías entonces si enfadarte o darle un abrazo. Un gran tipo. Duro, pero gran tipo.

P: Después de los partidos en Madrid quedábamos con los jugadores del Barça en su bar para tomar copas.

A: En La Castellana, ¿no?

P: Ahí al lado.

A: Sí, en esos días hacíamos noche en Madrid porque regresábamos al día siguiente y el entrenador nos decía, "a las doce en el hotel" y como se jugaba pronto, nos íbamos a tomar cervezas con vosotros.

P: Es que la relación era muy buena. Yo nunca me he reído más que estando con Rexach y con Marcial en la selección. En el campo íbamos a por todas, pero fuera éramos y seguimos siendo muy amigos. Fuimos grandes rivales, pero mejores amigos

A: Totalmente de acuerdo... a pesar del 0-5.

P: Yo de eso no me acuerdo. Ni sé quien marcó los goles.

A: Hombre, Pepe, no me digas eso aquí delante de estos señores, que yo marqué dos.

P: Mira Juan, si yo no me acuerdo de los goles que he marcado, estoy ya para acordarme de los tuyos. Lo que recuerdo mejor es el 4-0 que os metimos en la final de Copa de ese mismo año.

A: Pues de ese sí que me acuerdo yo, fueron cuatro, pero pudieron ser seis. Qué mal lo pasamos ese día.

P: Pero no es el día en el que peor lo hemos pasado en un campo de fútbol...

A: ¡Para nada! y ese día además, jugábamos en el mismo equipo. Te refieres al partido de Belgrado, ¿no?

P: Exacto, nos jugábamos el pase al Mundial de Argentina, pero yo lo ví poco, porque a los 12 minutos me lesionaron.

A: ¿Te acuerdas quién fue?

P: Ufff, Lo ví venir, tenía bigote y era grande...

A: Muy grande, ja, ja. Era Kustudic, que luego jugó en el Hércules, menudo patadón te arreó.

P: Es que nos jugábamos el pase al Mundial y aquello era una ciudad en pie de guerra.

A: ¿Recuerdas que teníamos que salir a pasear con policías para protegernos? La ciudad estaba tomada.

P: Y el público también, pero en otro sentido (risas).

A: Me acuerdo del pobre Juan (Juanito) con Angel Mur tratando de que no provocara al público cuando le cambiaron y el botellazo que le dieron.

P: Y el partidazo que hizo Antonio Olmo, que me sustituyó. Y el gol de Rubén Cano a centro de Cardeñosa.

A: La coña que le hicimos a Rubén durante años diciendo que había marcado porque le dio con la uña. Si le llega a dar bien...

P: ¡La manda a Zagreb!

A: Ese buen ambiente era la prueba de que éramos amigos más allá de los colores, porque las pasamos de todos los colores. Si nos conocemos desde que tenemos 19 años, joder.

P: Sí, de todos los colores, pero tú no fuiste al Mundial Militar a Bagdad. Eso sí que fue de novela.

A: No fui pero Lico, que jugaba conmigo en el Elche y Marcial me han explicado todas las batallitas.

P: Y se quedarán cortos, ese viaje fue lo más surrealista de mi vida. Viajamos en un avión militar que necesitaba un palo para poder estabilizar el aterrizaje.

A: Y Marcial siempre explica que se lesionó jugando a los bolos.

P: Y por eso casi todo el equipo va al calabozo. Si lo piensas bien, pasando todo eso, era lógico que tuviésemos un gran ambiente en la selección

A: Pero hubo partidos duros, entre nosotros ¿eh?

P: Teníamos que ir a por todas. Me acuerdo de mis duelos con Cruyff, vaya uno El Flaco. ¡Hablaba poco en el campo!

A: ¿Quieres decir? Sería contigo, porque a los compañeros y al árbitro, ni palabra...

P: Mira, en uno de mis primeros Clásicos, me tocó marcar a Chus Pereda y el entrenador me dijo: "que no toque pelota". Y le seguí por todo el campo...

A: Claro, antes te decían "Tú a por ese. Y tú, a por Pepito".

P: A lo que iba, pues bien, te lo explico porque una de las mejores anécdotas que he vivido en un campo de fútbol fue cuando fuimos con el Madrid a jugar contra el Ajax de Cruyff en Amsterdam. El técnico le dijo a Zunzunegui que le siguiera a sol y a sombra, que no le dejara. ¿Y sabes que pasó?

A: Me lo temo.

P: Ni te lo imaginas, Juan, creeme. Llegamos a la media parte a la caseta, nos sentamos, miramos al míster y vemos que falta Zunzunegui, que llega apresurado al vestuario dos minutos después.

A: ¿Qué pasó?

P: Pues que se había confundido y siguiendo a Cruyff como le habían dicho se había metido en el vestuario del Ajax.

A: ¡No me lo creo!

P: ¡Te lo juro, Juan! Y dijo que se dio cuenta cuando empezaron a hablar y no entendía nada.

A: Aparte de los de Cruyff, recuerdo más tus duelos con Neeskens.

P: Con ése me tocaba correr más que con Cruyff y que con Pereda. Nada que ver. Vaya máquina de tren. No paraba.

A: Nos hacemos mayores, ¡Qué tiempos! Pero aún así tengo la sensación de que los jugadores de nuestra generación estamos un poco en el limbo, en tierra de nadie. Medio olvidados. ¿No te pasa a tí?

P: Estoy de acuerdo. En el Madrid se venera y con razón al Madrid de Di Stéfano, que fue gigante y también el equipo que se construyó a partir de la Séptima Copa de Europa. Yo gané diez Ligas y la Sexta Copa de Europa con un equipo formado únicamente por españoles y creo que no se valora lo bastante en los medios.

A: Mira, a mí me pasa lo mismo. Parece que en el Barça todo empezó con Cruyff y luego el equipo de Guardiola lo eclipsó todo. Yo formé parte del equipo que ganó la primera gran competición europea con el Barça.

P: Basilea, ¿no? la Recopa

A: Fue mi último título con el Barça.

P: ¡Con el gran Quimet Rifé de entrenador!

A: El gran Quimet, que luego estuvo con los dos en el Puebla. ¡Qué aventuras!

P: Hasta terremotos.

A: ¿Recuerdas ese día comiendo en el que se empezaron a mover las lámparas y que cuando quise avisarte tú estabas ya fuera del restaurante?

P: ¡Era un terremoto!

A: Sí, pero para tí era el tercero y yo acababa de llegar. Pero me dolieron más las prácticas de medicina que hiciste conmigo en México.

P: A ver, si no te atendía yo, te atendía el masajista del equipo... tú mismo

A: Sí, casi mejor tú. Porque el masajista le rompió dos costillas al dueño del equipo haciéndole un masaje.

P: Así que cuando te abrieron la cabeza, los puntos te los puse yo como prácticas de medicina.

A: Y agradecido que te estoy, pero la calvicie debe tener algo que ver con eso.

P: Por cierto, y el domingo ¿cómo lo ves?

A: Pues complicado para el Barça por lo de los centrales, pero os llevamos ocho puntos. Así que, vamos tranquilos.

P: Lo comentaremos

A: Sí, en RNE. Y amigos, lo seremos siempre.