Mandiá recupera crédito con un punto en Almería

Encuentro apático y mortecino el que disputaron Almería y Hércules. Los rojiblancos agotan sus armas conforme avanza el campeonato y se van desinflando en la clasificación de Segunda. Los visitantes, por su parte, apartaron sus problemas institucionales y se soltaron en tierras andaluzas, disfrutaron de dos ocasiones claras de gol y otras tantas de peligro; una la salvó Esteban y la otra, el palo. Mandiá gana una décima de crédito porque los suyos disputaron, al menos, un serio choque en un estadio donde todavía no ha ganado nadie en lo que va de temporada.

El guión de los encuentros que se disputan en el Mediterráneo parece estar predeterminado en el presente ejercicio liguero. Por temor o, simplemente, por observación, los visitantes comienzan el encuentro enchufados, crecidos. Caso del Hércules ayer, que en los primeros compases, vio como Gilvan, el más activo de los blanquiazules en el primer periodo, mandaba el balón el palo. Sarpong y Sardinero, sus compañeros en el ataque, lo intentaron sin éxito y se estrellaron con Gunino y Christian en repetidas ocasiones. El partido fue muriendo en intensidad y el Hércules se fue sintiendo cada vez más a gusto en el, cuanto menos, irregular césped del estadio Mediterráneo. Javi Gracia, técnico local, alineó a Charles y Ulloa y, como en anteriores ocasiones, solaparon posiciones. Los rojiblancos echaron de menos a un futbolista que diera profundidad.

Reacción. Ambos conjuntos trataron de ganar chispa y reforzaron el centro del campo, los locales con Carlos Calvo y los visitantes con Edu Bedia. Ulloa tuvo la victoria en un cabezazo a pase de Aarón y Sarpong tras una jugada individual que detuvo Esteban. Al final, empate que le deja al Hércules mejores sensaciones.

El detalle: El césped evitó mejor fútbol

Avisaron los jugadores del Almería durante la semana que sería complicado jugar en un césped con tantas manchas como el del estadio Mediterráneo. Y acertaron.