Kanouté, rey del Sevilla

Y Kanouté lloró emocionado... Así se cerró ayer una noche memorable en el Sánchez Pizjuán, coliseo que rindió un merecido homenaje a uno de los futbolistas que más huella han dejado hasta la fecha en el Sevilla. Un gigantón de Malí nacido en Lyon (Francia) que aterrizó callado en Nervión y que ayer arrancó la última ovación de una afición que acudió en masa a un cita histórica. Aunque ya fue agasajado en el Sevilla-Rayo del curso pasado, su último partido oficial en España (en el que por supuesto marcó), Kanouté dijo anoche "hasta pronto", nunca "adiós". Con un homenaje por todo lo alto, el Sevilla agradeció al '12' los servicios prestados en siete temporadas para el recuerdo que ya nadie podrá borrar de los libros de historia.

Atrás quedan momentos inolvidables. Los títulos, por supuesto. Seis fueron las Copas. Pero detalles y anécdotas que agrandan la sombra de uno de los mejores jugadores que se han enfundado la elástica blanca. Aquella presentación ante el Celta en 2005, un fabuloso gol al Nástic, su acierto en las finales, los goles al eterno rival y a un rival eterno como el Real Madrid, reivindicaciones que le costaron multas (aquella camiseta pro Palestina), críticas de un sector de la sociedad (hizo todo lo posible por levantar una gran Mezquita en la ciudad) o reprimendas del club (como cuando tachó la publicidad de una casa de apuestas en la Supercopa de Europa jugada ante el Barcelona en Mónaco), y un largo etcétera que lo convierten en figura inigualable más allá de un terreno de juego.

Nada menos que el futbolista extranjero con más partidos (273) y más goles (136) en la historia del Sevilla. Casi nada. Ayer pocos faltaron a la cita: el sevillismo, sus ex compañeros, sus ex rivales, con el Betis a la cabeza, políticos, artistas, deportistas... . No se recordaba homenaje alguno en Nervión desde los 80, el de Curro San José. Kanouté, historia viva del Sevilla, bien lo merecía. Amante del Corán, siempre destaca una cita del libro sagrado del Islam: "Júzgate a tí mismo antes de que lo hagan los demás". Ayer Nervión lo juzgó, declarándolo una vez más mito del sevillismo por los siglos de los siglos. Porque, aunque parezca mentira, el Pizjuán siempre guardó lágrimas para este momento, el día en que tocara rendir tributo a quien provocó tantas y tantas con sus goles. Otro momento más que añadir a la biografía de don Frederic Omar Kanouté, realizador de sueños que ayer dio sus últimas zancadas en Nervión.