Sergio Ramos de titular ante un Rayo renovado

No hizo falta que se disputara el partido entre el Rayo Vallecano y el Real Madrid para resolver una de las incógnitas del encuentro: Sergio Ramos jugaría de titular y Varane estaría en el banquillo. Así se hizo público poco antes del choque, al comunicarse oficialmente los onces en liza. Essien, en lugar de Khedira, y Benzema, en el puesto de Higuaín, completaban las novedades del Madrid.

Al menos, ayer. Tanto Paco Jémez como Mourinho podrán modificar hoy sus equipos iniciales, tal y como indica en su punto tercero del artículo 242 del Reglamento de la Federación Española: "En el caso de que por suspensión de un encuentro antes de su inicio, este deba celebrarse en una nueva fecha, podrán alinearse en la fecha de celebración los futbolistas reglamentariamente inscritos en la nueva fecha en que se celebre el encuentro aplazado".

El Rayo también descubrió sus cartas. Lass, Chori Domínguez y Delibasic, suplentes reactivos en el Calderón, entraban en el equipo titular; se caían Adrián, Piti y Nicki Bille. Labaka sería el nombre del cuarto hombre de la defensa, novedad táctica para recibir al campeón de Liga.

Ansiedad.

Descartado el factor sorpresa, habrá que ver si los respectivos técnicos repiten hoy alineaciones, aunque resultaría lo más probable. Otra cuestión será determinar el efecto del aplazamiento sobre la motivación y concentración de los futbolistas, que ayer, durante casi tres horas, vivieron con ansiedad los acontecimientos, sin poder ejercitarse en condiciones.

La última duda, la más anecdótica, se aclaró cuando los jugadores de Mourinho asomaron por el túnel de vestuarios: el equipo vestirá de verde, el color que estrenó en el Pizjuán con una derrota (1-0).

Lo demás permanece igual. El Madrid se encuentra a once puntos del Barcelona y persigue su primera victoria fuera de casa. El Rayo, más aliviado, se mantiene en un plan que podría necesitar de un elemento incierto: el público.