Alba dimite descontento con la gestión de la portería

Pedro Alba se va. El preparador de porteros del primer equipo y máximo responsable del entrenamiento de guardametas en toda la estructura del club, presentó ayer la dimisión al presidente de la entidad descontento por la gestión de la portería que está llevando a cabo el primer entrenador y cuyo último detonante ha sido la sustitución en la titularidad de Mario por Sotres decidida por el técnico gallego el pasado fin de semana.

La decisión la venía madurando Alba desde que el pasado viernes Fabri le adelantó sus intenciones, tras ver que sus argumentos en sentido contrario caían en saco roto. En esa reunión al término de la sesión a puerta cerrada (allí alternaron los dos porteros en el partidillo) Alba explicó lo que sucedió cuando en la temporada 89/90 Ufarte hizo con Liaño exactamente lo mismo que ahora Fabri pretendía hacer con Mario, y que eso supuso a la larga al club perder un gran portero que luego explotó en otros clubes, cuando, en su opinión, el Racing podría haber disfrutado tanto de Liaño como de Ceballos. Al gallego le argumentó, además, que con esa decisión fundía mentalmente al capitán y que corría el riesgo, si a Sotres le salía un mal partido, de quedarse sin los dos. Fabri hizo oídos sordos a estos argumentos y ante el Recre alineó a Dani.

Reuniones.

Nada más terminar el partido, con un magnífica actuación de Sotres, Alba se reunió con los dos porteros y les explicó su decisión. Tanto Mario como Dani intentaron convencerle de que se quedara.

Inmediatamente después, Pedro le trasladó el mensaje a Fabri y el resto del cuadro técnico. El domingo, sus dos ayudantes, Ceballos y Pinillos, fueron a su casa para intentar frenar la dimisión. No lo lograron. Ayer, a las 9:30, se reunió por espacio de 90' con Ángel Lavín en su despacho y negociaron una salida ordenada, El contrato exige una indemnización, a las dos partes, del pago de lo que resta, año y medio, y Alba adelantó ayer que están negociando una salida gratis con su compromiso de no entrenar a nadie en dos años.