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Liga BBVA | Athletic

Primeros aplausos a Llorente en Lezama

En la víspera había interrumpido su entrenamiento.

<b>INTENSO. </b>Llorente trabajó con normalidad a las órdenes de Marcelo Bielsa.

Fernando Llorente ha pasado un mes en el ostracismo y puede salir de él si, finalmente, entra en la convocatoria de Bielsa contra el Espanyol. Después de abandonar la sesión del día anterior por sorpresa, tras una breve conversación con Marcelo Bielsa, se abrían los interrogantes. ¿Volvía a estar lesionado, dosificaba o se había tirado del barco? El riojano dio un paso adelante ayer y completó perfectamente el entrenamiento, culminado con una serie de cabezazos a la red que llevó a parte del público asistente a regalarle unos aplausos. Eso sí, antes se los llevó Toquero. Las preferencias en simpatía no han cambiado pese a la demanda de cariño por parte de Josu Urrutia.

Hubo intriga sobre su presencia en la sesión, ya que fue el último en llegar a las instalaciones rojiblancas, cinco minutos antes de la hora prevista. El doble campeón con España había justificado su marcha antes de tiempo en la sesión del miércoles por unas molestias que, por lo visto ayer, ya son historia. Realizó con intensidad los ejercicios diseñados por el cuerpo técnico de Bielsa, que estuvo muy pendiente de él. Se vio a Claudio Vivas, mano derecha de El Loco, animarle con frases repetidas de "¡Muy bien, Fer!". También Bonini se dirigió a Llorente para que corrigiese alguna posición en los ejercicios.

El goleador pasó el hombro por encima de sus compañeros en las reuniones de ordenador con otro de los colaboradores del argentino, Pablo Quiroga, y recibió un mensaje de cariño por parte de Fernando Amorebieta, quien intentó hacerle un caño al final de una posta. Fue el mundo al revés, ya que Llorente hizo ademán de tirarle después una tarascada entre risas.

El Espanyol es un rival de gran recuerdo para Llorente, ya que su debut fue precisamente ante los periquitos. El año pasado, en Cornellà, el autor del único tanto de los rojiblancos en el 2-1. Y en la vuelta, en San Mamés, también hizo diana con uno de los goles del 3-3.