Liga BBVA | Barcelona
Messi va a entrenarse en un Maserati de 175.000 euros
Guardiola prohibió acudir a las sesiones en autos de lujo
El código interno del Barcelona debe de haber cambiado ligeramente con la marcha de Guardiola. Sólo así se explica que Leo Messi haya aparecido últimamente por la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí montado en un espectacular Maserati GranTurismo MC Stradale. Una bestia que incorpora un motor V8 de 4.7 litros y 450 caballos de potencia, capaz de alcanzar los 301 kilómetros por hora y pasar de 0 a 100 en 4,6 segundos. Su precio ronda los 175.000 euros.
Además, el argentino -que curiosamente lo ha elegido en color blanco- ha querido darle un toque especial con una matrícula personalizada: 1010, es decir, su dorsal en el Barça y la selección argentina. Una de las normas que impuso Guardiola cuando dirigía al primer equipo fue que la plantilla debía ir y venir de los entrenamientos con coches no excesivamente ostentosos. Los futbolistas cumplían y, normalmente, acudían a las sesiones y otros actos públicos montados en sus Audi (uno de los actuales patrocinadores del equipo).
No todo el mundo comulgó con la medida. Ibrahimovic, como revelaría en sus memorias Jag är Zlatan Ibrahimovic (Yo soy Zlatan Ibrahimovic), tuvo un enfrentamiento con Guardiola a raíz de que este último le recriminara que apareciera por la Ciudad Deportiva luciendo un despampanante Ferrari: "Aquí tenemos los pies en el suelo y no vamos en Porsches o Ferraris a los entrenamientos. Somos obreros. Aquí se trabaja. Somos gente normal y corriente", le dijo Pep. Ibra desvela que cuando tuvo conocimiento de que no sería titular en un encuentro frente al Almería "acudí a la sesión en mi Enzo (su llamativo Ferrari)".
La pasión de Messi por los coches no es algo nuevo. Si bien ha cultivado siempre un perfil bajo, el astro argentino siempre ha tenido debilidad por los autos de lujo. Desde su irrupción en el primer equipo se le ha visto a bordo de un Mini descapotable, un Dodge Charger SRT8, un Audi Q7, otro Maserati GranTurismo S, un Ferrari Spyder o un Lexus LX 560.
Cristiano Ronaldo también rivaliza con Messi en cuestión de coches: la última joya del portugués es un Lamborghini Aventador LP 700. El capricho le costó 350.000 euros. Casi nada.