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Real Madrid | La vida futbolística de un crack

De Juande Ramos a Redknapp

En esta segunda y última entrega de la biografía futbolística de Modric encontrarán los últimos pasos tácticos que dio antes de llegar al Madrid de Mourinho y cómo su relación con el presidente del Tottenham, Daniel Levy, se fue deteriorando hasta forzar una salida.

De Juande Ramos a Redknapp

Juande Ramos dirigía al Tottenham cuando Modric llegó al fútbol inglés con varios títulos en la maleta y cierta indefinición en su posición. Mediapunta en el Dinamo de Zagreb, a menudo escorado a una banda. Mediocentro en la Selección, con la que hizo una buena Eurocopa en 2008 al lado de Niko Kovac, su pareja de baile en el medio desde aquel debut con la absoluta en Suiza contra Argentina. Le venía siguiendo el Tottenham desde hacía meses, pero el histórico triunfo de Croacia en Wembley que dejó fuera a Inglaterra de aquella Euro impresionó a Gustavo Poyet, ayudante de Juande.

Modric firmó por el Tottenham en abril de 2008. Fue el primero de varios fichajes para Juande y el traspaso más caro en la Premier League aquel verano (22 millones). Debutó ante el Middlesbrough en una derrota 2-1 que supondría el principio del fin de la era Juande. Aquel día fue mediocentro al lado de Jenas. Segundos antes del pitido inicial ya le daba órdenes al propio Jenas. Pero un análisis de los partidos con Juande deja claro que Modric llegó para jugar en varias posiciones.

Ante el Chelsea, poco después, ya es mediapunta con Jenas y Zokora detrás, y contra el Aston Villa, aún en septiembre, Juande le escora a la izquierda, posición en la que jugará muy a menudo en las dos primeras temporadas con Redknapp, que toma el mando en la Navidad de 2008 tras la salida del español. Con ideas nuevas, Modric parece cada vez más suelto en el campo. Ante el Liverpool de Benítez, en noviembre, juega con Huddlestone y Zokora por detrás de él. Luego y hasta el final de temporada, alternará esa posición con la de volante izquierdo, con libertad para irse al medio pero con la banda como punto de partida. Muy cómodo detrás de Pavlyuchenko y Bent, luce y permite lucir a los demás. Llega y participa. Pero sufrió un frenazo en agosto de 2009. Un choque con Lee Bowyer en un partido ante el Birmingham le deja fuera hasta diciembre.

La lesión frena su mejor momento desde la llegada al Tottenham, y aunque el club trata de recuperarle cuanto antes, su reaparición se retrasa varias veces. Cuatro meses después regresa como titular en un derbi ante el West Ham, marca un gol, recupera su nivel y firma un contrato de seis años, en plena euforia de un Tottenham que por fin se ve cerca de los más grandes en la Champions.

La 2010-11 es la temporada de su cambio definitivo de puesto. Con mando y toda la jerarquía en el mejor Tottenham de los últimos tiempos, Modric pasa de forma definitiva al mediocentro. Ya por entonces había cuajado el exagerado apelativo de El Cruyff croata, aunque es cierto que su cambio de ritmo con el balón y su elegancia tienen cierto parecido. Instalado junto a Palacios en el mediocentro en el 4-4-1-1 o en el a menudo 4-4-2 de Redknapp se mantiene inamovible. Retrasar su posición le hizo más importante en el juego colectivo, pero empeoró un poco sus cifras en ataque: sólo marca tres goles y da dos asistencias en 32 partidos, pero nadie da más pases que él, nadie pierde menos balones que él... Su nivel es tal que el Chelsea ataca con una oferta de más de 30 millones de euros. La negativa de Daniel Levy a dejarle marchar supone el primer enfrentamiento de Modric con el club, e incluso se niega a jugar en el debut liguero ante el Manchester United. El Tottenham es un desastre sin él. Pierde 3-0 en Old Trafford mientras el Chelsea sube hasta 45 millones la oferta. Nada que hacer. Levy se niega a su salida. Las relaciones entre Modric y el club se deterioran hasta tal punto que parecía cantada una segunda rebelión en cuanto hubo oferta del Madrid. Antes de eso disputó la Eurocopa con Bilic, en la que terminó jugando como mediapunta en el decisivo partido ante España. Aquella jugada y el pase con el exterior del pie (un gesto característico en él) para la cabeza de Rakitic no sólo estuvo a punto de mandar a España para casa, también hizo que todo el gran público español tomase conciencia de su nivel. Ya llegó, y como hemos comprobado, Mourinho de momento le utiliza en la mediapunta. Es el rol natural de un futbolista muy particular.