El balón parado apaga el incendio

El Athletic apagó con tres goles otro incendio defensivo. El Helsinki, incapaz de pasar de medio campo en San Mamés, le marcó tres tantos con cuatro llegadas y llegó a ponerse 3-1. Los finlandeses nunca creyeron en acercarse a la remontada, era pura fantasía. Ni siquiera fueron a por el balón a la red tras su primer gol. Se quedaron con la miel en los labios del triunfo parcial por una precisa volea de Igor Martínez, que puso el maquillaje en el marcador. Perder en Finlandia hubiera sido tan anecdótico como nocivo.

El balón parado evitó la derrota. Primero, una falta botada por Ibai que cazó San José en el segundo palo. Luego, un gran lanzamiento directo al poste del de Santutxu (muy individualista) que Toquero empujó muy atento. Cuando ya se mascaba la derrota, Igor, a quien espera Bielsa tras un calvario de lesiones, aprovechó un balón suelto tras un córner.

Los rojiblancos tuvieron grandes ocasiones en la primera mitad, en la que ni por asomo se adivinaba una tarde complicada. En especial, dos de Ruiz de Galarreta, tras un tiqui-taca espectacular con Muniain y Toquero, que acabó en paradón del meta local, y un zurdazo que repelió la madera cuando los leones ya iban por detrás en el marcador.

La actuación del eibartarra fue la buena noticia y también una de las peores. No es normal que un niño de 19 años se erija en líder, aunque gran parte de los titulares descansasen en Bilbao. Suyas fueron las mejores intenciones sobre una hierba artificial cómoda. También las del local Zeneli, un incordio para De Marcos y al que puso más a raya luego Ramalho.

Bielsa tiene una dura tarea para suplir a Javi Martínez atrás. San José y Ekiza no dan la talla por el momento. Están fallones con la pelota, blandos en el despeje y despistados en la vigilancia. El 3-1 de Pohjanpalo fue demasiado. Se necesita el regreso de Amorebieta. Raúl, dudoso en el segundo gol, tampoco se apuntó méritos.

El multicambio. El Loco está cogiendo la mala manía de cambiar de tres en tres en el descanso, aunque ayer fuese para dar aire a De Marcos, Iturraspe y Susaeta y no peligrase el acceso a la fase de grupos. Se arriesga a dejar al equipo en inferioridad numérica por lesión o a tener que situar a un jugador de campo en la portería por expulsión. Ya hay suficientes incendios por apagar.