Supercopa de Europa | Chelsea - Atlético de Madrid
El Atlético y Torres se reencuentran en la cima
Si gana la Supercopa al Chelsea, cuarto título rojiblanco desde 2010.
Si el Atleti vence en Montecarlo al Chelsea, la Supercopa de Europa será su cuarto título continental en poco más de dos años. Esos dos años han sido un vodevil, pero... En los 107 anteriores, mucho más sólidos y con tiempos de auténtico esplendor, sólo logró dos trofeos internacionales. Yo se lo cuento, pero no me pidan que se lo explique. Con el Atleti suceden cosas extraordinarias. Y punto.
Como que el destino, juguetón, le ponga enfrente a Fernando Torres. El Niño nunca ha sido un ex, sino un hijo estudiando en el extranjero. Se le sigue, se le anima, se le adora. Y él responde llevando siempre la rojiblanca por bandera, sea en el Liverpool, en el Chelsea o en el autobús de la Selección.
Torres se fue el 3 de julio de 2007, tras sostener a un Atleti vulgar durante más tiempo del razonable, y desde entonces tuvo cuatro ocasiones, todas con el Liverpool, de enfrentarse a su alma máter. Las lesiones y cierta sensación de que no le gustaba la idea, lo evitaron. El reencuentro llegará hoy y será a lo grande, en la cima, con el Niño recuperado de esa profunda crisis que muchos aventuraron como definitiva. No lo era.
Dijo Torres que "Agüero, Forlán y Falcao son más para el Atlético que yo porque le hicieron campeón". Si el colombiano prolonga su idilio con las finales resultará complicado rebatirlo. El Tigre marcó el gol con el que el Oporto ganó la Europa League 2011 y se inventó los dos primeros en el título rojiblanco de 2012. Vista su exhibición del lunes ante el Athletic, parece dispuesto a seguir escondiendo con goles cualquier carencia de su equipo. Y, sin Diego, las tiene en la creación.
Solidez. Simeone ha logrado el bloque serio que prometió a su llegada. Una defensa, al fin, definida (si no se va Godín), compenetrada y fiable. Dos mediocentros, Gabi y Mario Suárez, con capacidad para dar un paso al frente si convierten su partidazo en Bucarest en norma y no en anomalía. Lo dicho, solidez mate. Para el arte quedan Arda y Adrián, que debe exiliar ya esa versión menor con la que ha vuelto del verano. Para todo lo demás, Radamel Falcao.
En el Chelsea, Di Matteo también va puliendo su obra. Ha abierto el cerrojo que le dio la Champions y le ha entregado las llaves a Hazard y Mata, dos fenómenos. Con ellos abasteciendo a Torres, el equipo londinense ha roto a jugar. Mucho rival, sin duda. Igual que aquel Inter de 2010. Pero, ya saben, con el Atleti suceden cosas extraordinarias. Muchas.