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La Intrahistoria

Se va con la música a otra parte

Ha tenido más de dos meses para gestionarlo de otra manera. Javi Martínez deja un dineral en el Athletic, pero demuestra muy poco estilo.

Se va con la música a otra parte

Indiscutible pilar deportivo en el Athletic, Javi Martínez deja herido el corazón de la afi ción rojiblanca. Se va con la música a otra parte, a Alemania, de la mano de un Heynckes que no le exigirá menos que Bielsa, quien con su decisión de enseñarle a jugar como central, aunque no divierta al futbolista, le ha hecho un rico eterno. Empieza para él la presión del Allianz Arena, que le espera como a una figura.

Poco o nada queda de aquel chico inocente al que estando en Osasuna le llegó la loca apuesta del Athletic, con Lamikiz a la cabeza. Seis millones por un juvenil que apuntaba grandes maneras, pero que ni se había asomado al primer equipo osasunista. El criticado ex presidente, que acertó de pleno, se guió por los consejos de los casi infalibles ojeadores de la zona, Burgui, Mayayo y Pozueta.

Pero había que salvar un obstáculo familiar. Fortu, la madre de Javi, estaba muy dolida con el Athletic por la forma en que había salido de Lezama su hermano mayor, Álvaro, un buen tipo que ahora le hará de guía en Munich junto a un tío carnal que reside allí. El Athletic se portó de cine y llevó a Álvaro al Sestao River, abonando su fi cha en el club verdinegro. Insólito. La familia que hace poco quería pedir a Urrutia en persona que le dejase marchar solicitaba un gesto.

Entre juegos de magia y afinidad con los futbolistas de La Roja, Javi Martínez fue esperando la oportunidad para irse. Amarró, con su gran rendimiento, un excelente contrato en Bilbao por si venían curvas. En mayo del año pasado.

Después, en pleno éxtasis rojiblanco, en la temporada en la que por fi n se forjaba un Athletic con pinta de campeón, empezó a barruntar su fuga.

Mi decepción, como la sonada de ayer de todo lo que supone el Athletic por las maneras, con nocturnidad y sin miramientos, fue creciendo a medida que avanzaba la temporada. Eufórico por el 2-4 en Gelsenkirchen, compartí con él un sandwich antes de volar a casa. Uno se dejó llevar por la ilusión que siempre ha tenido en su cuna rojiblanca y pidió al navarro que era el momento de implicarse. "Tenemos equipo para armarla, Javi, no se debe ir nadie de aquí". Apenas pude sacarle una sonrisa. Por lo menos fue franco, no como con esas entrevistas en las que decía querer quedarse en Bilbao toda la vida. Bla, bla, bla.

Suerte. Hay que entender que acepte el ofertón del Bayern, en el que mi admirado futbolísticamente Heynckes ha vuelto a meter en un lío al Athletic como con Karanka. Aunque se haya portado como un criajo, le deseo suerte. Falta le va a hacer.