Pernía se aferra a Zigic para sofocar a la afición

Hay toreros que cuando llegan al hotel de la ciudad donde torean la próxima corrida despliegan en la mesita la colección de estampitas de Vírgenes y Santos que llevan de feria en feria. El Santo de Francisco Pernía es San Nikola el grande. Nikola Zigic. El gigantón serbio fue la piedra sobre la que Miguel Ángel Portugal edificó su equipo en la primera temporada de Pernía en el fútbol, luego, tras dejar 18 millones en las arcas tras traspasarlo al Valencia, recuperó de nuevo a Zigic cuando, con Muñiz en el banquillo, el equipo olía a Segunda. Nikola marcó 13 goles en la segunda vuelta y se acabó el problema.

Incluso, con la llegada de Alí, se volvió a negociar con Milan Calasan, el agente del jugador, una tercera etapa del gigante en Santander. Esta vez no salió, porque lo del empresario indio ya olía a chamusquina. Vino Giovani, que no es santo, pero hizo lo suyo.

A la desesperada. Ahora, con el racinguismo incendiado en contra del Consejo de administración (y del hombre que mueve los hilos, Pernía) y con el entrenador pidiendo cinco fichajes a tres días del cierre del mercado, el presidente Ángel Lavín ha prometido a Fabri que Pernía, al que ha definido como amigo de Zigic (y es cierto que tienen una muy buena relación), va a pelear "hasta el final" el fichaje del delantero balcánico.

El problema, pese a que ayer el expresidente filtraba que salía de viaje hacia París para verse con el representante del jugador, es que el Racing no tiene dinero ni capacidad de pedirlo y que, por el lío institucional de la entidad, el presidente del club no tiene firma autorizada para formalizar ningún tipo de contrato, salvo que lo haga a título personal.

Además, el equipo cántabro llega tarde a este baile. Pese a que cuenta con la ventaja de que Nikola sabe que en Cantabria es un ídolo, lo cierto es que el Mallorca, un Primera, lleva semanas de delantera en las negociaciones. Eso sí, la desesperación puede hacer muy osados a los racinguistas.