Liga de Campeones | Panathinaikos 0 - Málaga 0
'Champions' Málaga
Pellegrini y sus hombres hacen historia en Atenas.
Dónde está el infierno, el infierno dónde está?", se preguntaban los más de cien malaguistas que tocaron el cielo en las gradas del otrora temible estadio del Panathinaikos. Después de una vida llena de sinsabores, el malaguismo se ve en la Champions. Una clasificación ganada por méritos propios, en el césped, con el fútbol por bandera.
Se sale con la suya Manuel Pellegrini, que no sólo ha logrado un hito con el Málaga. El chileno, además, le ha dado un sello. Un gusto por el buen fútbol que su afición y sus jugadores han sabido reconocer. Estallaron todos de júbilo cuando el colegiado pitó el final del encuentro. Lo merecían todos después de un verano marcado por las extravagantes decisiones del jeque, constructor de este histórico Málaga y al que ahora ha dejado (quién sabe si eventual o definitivamente) a su suerte. Pero a todos sus males se ha sobrepuesto este Málaga, que ahora espera reforzar una plantilla buena pero corta para afrontar el nuevo desafío.
Se dibuja una sonrisa en la cara de los jugadores y de los malaguistas pensando en lo que viene ahora. San Siro, Old Trafford, Allianz Arena... Cada cual tiene un templo que sueña visitar con este Málaga que ya se codea con la élite de Europa, la crema del fútbol.
Y para llegar hasta aquí ha sudado lo suyo. Lo ha rematado con una eliminatoria jugada de manera impecable. Presentó Pellegrini el mismo once que en la ida con la inclusión de Camacho por Maresca. Pero el plan era radicalmente distinto. El Ingeniero diseñó un guión para el partido que clavó a la perfección. Maduró el encuentro, lo llevó a su terreno. Esta vez no desde la intensidad, sino desde la posición que te otorga saberte mejor y la paciencia. Sólo falló la puntería y tener un poco más de maldad. Sólo hay que repasar las ocasiones de la primera mitad. Lo intentaron Isco, Fabrice, Joaquín, Camacho, Demichelis de cabeza y Eliseu hasta en tres ocasiones. Además, el colegiado escamoteó al Málaga un penalti clarísimo tras un derribo a Eliseu (minuto 18).
Enfrente, el Panathinaikos apenas ofreció nada. Pidió "guerreros" Jesualdo Ferreira, pero su PAO careció de intensidad y agresividad. Tampoco su planteamiento, para necesitar tres goles, destacó por su valentía. Sólo en la segunda mitad el PAO quiso tener algo más el balón, pero el Málaga apenas sintió peligrar su Champions. Dejaron transcurrir los minutos, con el jerarca Toulalan volviendo a dar un clínic de entrega, colocación y calidad. Un clínic andante.
La afición del Málaga comenzó a transformar sus nervios en cánticos y aplausos. Y el himno tomó vida ante una afición del PAO a la que apenas le quedaban los animosos ultras de la Gate13. Ya sólo quedaba sitio para celebración.