El Málaga, a un infierno de la Champions

El Málaga está a 90 minutos de cumplir un sueño. Pero antes tiene que pasar por encima del Panathinaikos de Ferreira, un clásico venido a menos, pero que contará a su favor, como tantas otras veces, con un ambiente terrible. Es cierto que la mudanza al complejo olímpico del OAKA ha mermado el potencial de una hinchada temible. Pero el PAO nunca camina solo y 90 minutos ante 40.000 seguidores helenos pueden ser 'molto longo'. Por mucho que el tartán de atletismo disipe parte de su exacerbada pasión.

Ferreira, primer técnico de la era Al-Thani, apeló a los instintos más bajos de su equipo y su afición en su intervención de ayer. Vende el duelo como una cuestión de supervivencia del club en lo deportivo y en lo económico. Les pide que sean "guerreros", que enseñen los dientes desde el principio. Morir matando. En las antípodas de su discurso se sitúa Pellegrini. El chileno es la calma: "Esto no es una guerra, es fútbol". El Ingeniero quiere hacer de la paciencia su mejor aliado. Con dos goles de ventaja, el Málaga tiene todas las papeletas para jugar la fase de grupos de la Champions por primera vez en su historia. Tendrá que certificarlo en el césped.

Alineación. Pellegrini hará un cambio obligado, el de Camacho por Maresca. El italiano, titular en la ida, se ha marchado a la Sampdoria. Queda despejar quién será el nueve. Mientras suena gente como Santa Cruz, Saviola o Bojan, el chileno tiene que tirar de Seba Fernández o dos chiquillos, el adolescente Fabrice y Juanmi. El elegido, no obstante, estará respaldado por Toulalan, Isco, Joaquín, Demichelis... Gente que no se arruga. Ni siquiera en Grecia.