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Liga Adelante | Hércules 1 - Elche 2

Coro le da la razón a Pitarch

El catalán dio dos pases de gol a Xumetra y Carles Gil. El Hércules reaccionó pero le falta mucho. A Mandiá no le funcionó una defensa con tres centrales

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<b>LUCHA. </b>Palanca le arrebata un balón a Gilvan, ayer.
LUCHA. Palanca le arrebata un balón a Gilvan, ayer.

Como si de un visionario se tratara, García Pitarch repitió esta semana que le hubiera gustado tener dinero suficiente para fichar a Corominas. Ayer, los hechos confirmaron que Pitarch y todos los que aconsejaron su fichaje por el Hércules no estaban equivocados. El catalán apenas tocó un par de balones durante el tiempo que estuvo en el campo. Pero ambos fueron dos regalos para sus compañeros y dos puñaladas en el corazón blanquiazul. Esas musas que en tres minutos hacen que un jugador vuelque un partido, convierten a un buen futbolista en un crack. Esto sucedió ayer en el Rico Pérez. El 25 franjiverde (bien haría la directiva en gestionar el cambio al 10 ahora que Kike Mateo ya no está) leyó la novedosa zaga alicantina, ideó la estrategia para derribarla y filtró dos balones entre las tres torres que se convirtieron en dos golosinas que Xumetra y Carles Gil no desaprovecharon.

Una vez Coro desnudó las carencias del 3-5-2 diseñado por Mandiá y rompió el partido, la cosa cambio. El Elche dio un paso atrás y quiso especular con su ventaja. El Hércules, con más corazón que ideas, lo intentó en una aceptable segunda mitad. Y estuvo cerca de conseguirlo, sobre todo en un zapatazo de Braulio que repelió Manu Herrera, justo después de que Escassi hubiera limado diferencias. Pero la aparente cercanía del marcador no debe nublar la lejanía que existe ahora mismo entre los dos equipos. El derbi volvió a evidenciar que al Hércules le faltan dos cosas fundamentalmente. Una, que sus mejores jugadores, como Fran Mérida o Braulio, se pongan lo antes posible en forma. Y dos, que de aquí al viernes lleguen al menos dos futbolistas que mejoren el rendimiento colectivo del grupo y que hagan mejor individualmente al resto. Uno de ellos tiene nombre: Movilla. En principio dinero no hay, pero esta semana puede pasar de todo. El Elche, en cambio, el arranque soñado y ya se dispara entre los mejores de la tabla.

Muy táctico. De entrada, el derbi se convirtió en una partida de ajedrez que libraron Mandiá y Escribá desde la banda. El gallego trató de sorprender al Elche con un sistema tan novedoso como inofensivo. Con Rivas incrustado en el eje de la zaga propuso una defensa de tres. Callejón entró en el once formando trivote con Escassi y Mérida, y Gilvan hacía pareja atacante con Portillo. Las bandas eran enteras para Arbilla y Peña. Todo un manjar para los estudiosos de la pizarra pero romo como un cuchillo de mantequilla.

Es cierto que, en principio, este galimatías táctico que dibujó el gallego no lo esperaba el Elche. El Hércules empezó acaparando la posesión y el Elche parecía esperar, intentando resolver el jeroglífico. Pero pronto el veneno que quería inyectar Mandiá en las arterias franjiverdes se convirtió en placebo. Sólo hizo falta que Coro diera dos pasitos hacia atrás para dejar a los tres centrales herculanos sin referencia. Fue la jugada maestra de Escribá. Con este simple retoque, el trabajado entramado defensivo alicantino se desmoronó como un castillo de naipes. No hizo falta un vendaval. El Elche lo derribó con una tímida brisa veraniega.

A la media hora de juego, Coro encontró hueco entre dos centrales, esperó el movimiento de Xumetra a la espalda del tercero y le puso un pase de gol que el extremo resolvió con mucha clase. Golazo. Con el Hércules todavía aturdido, el tiburón Coro volvió oler la sangre y le dio otro bocado de muerte. Diagonal, nuevo pase entre los centrales y gol de Carles Gil que batió a Falcón con una tranquilidad propia de un ariete veterano.

Reacción. Ahí el Elche pudo zarandear al Hércules hasta la humillación pero no lo hizo. Y el Hércules al menos sacó la casta... Y a Braulio. Escassi empató después de que Braulio le robara la cartera a Damián y el campo se inclinó sorpresivamente hacia el área de Manu. Las contras del Elche podría ser letales pero el Hércules se la jugó hasta que le duró la gasolina. Braulio la tuvo, tras una buena jugada de Sardinero, pero Manu hizo justicia con una buena parada.