Plaza Mayor

Rayito de esperanza A la espera del Real Madrid (que ya llegará, visto lo de anoche), el Rayo será el representante madrileño en la Liga Bipolar. Los vallecanos lo tienen todo: seis puntos y un genio que se llama Leo. También tienen carácter. Ni el cambio de entrenador ni la ausencia de Michu o Diego Costa han afectado a uno de esos equipos (pocos) que no ofende jamás. Humildad, divino tesoro.

Buen arranque Tito Vilanova, al que teníamos por versión zen de Guardiola, fue expulsado en su tercer partido oficial, cosa que ni Mourinho logró (creo). De mantener esta media, Tito acumulará tantas sanciones que podrá dirigir al Barça desde Central Park y en compañía de Pep. Lo cierto es que no había motivo para la ira de Tito. Osasuna no estaba dando una paliza al Barcelona, sólo era un baño.

El caso Valdés Víctor Valdés no se equivocó en la Supercopa (ayer un poquito más). Se limitó a cumplir a rajatabla los profundos designios del fútbol culé. Hablamos de una filosofía esculpida por el cruyffismo y que se formula así: "La ley de la botella: el que la tira va a por ella". Tal es la razón por la que Víctor no pegó un patadón a la pelota amenazante. Hubiera tenido que ir a recogerla al Maremagnum.

Tequila Sunrise Ya es seguro. La abuela Cecilia, restauradora naif del ecce homo de Borja, es también la autora de la segunda equipación del Barcelona, la Tequila Sunrise. Para el diseño de la camiseta utilizó la técnica de degradado (degradación total, para ser exactos). El esmalte de uñas, la laca de pelo y un calippo que se le cayó en el bote de pintura hicieron el resto.

Viggo y el Madrid En contra de lo esperado, el actor Viggo Mortensen no es del Celta. Ni siquiera del Zaragoza, lo que hubiera sido lógico para quien encarnó a Aragorn. El Capitán Alatriste es aficionado del Real Madrid, aunque poco partidario de Mourinho (Capitán Alaborde en la versión portuguesa del personaje reverteriano). El otro equipo de Mortensen es el San Lorenzo (de Almagro, no de El Escorial).

Iniciales no, gracias Se ha puesto de moda que los futbolistas incluyan en sus camisetas las iniciales de sus nombres. Como si la camiseta fuera una tarjeta de visita o ellos tuvieran familia numerosa. La ocurrencia es pésima desde el punto de vista del márketing, de la estética y de la economía familiar: los niños que se graban sus nombres deben pagar una letra más. Y no está el patio.

Reajuste obligado Si la UCI (Unión Ciclista Impredecible) confirma la retirada de los siete Tours de Armstrong, los ganadores serán los siguientes. 1999: Indurain (Prudencio). 2000: Javier Ares. 2001: El leoncito. 2002: Mousambani. 2003: Casper (el fantasma). 2004: Fred Hermel. La edición de 2005 quedará desierta al descubrirse queroseno en la orina de Rayo McQueen. Nada bueno podía esperarse de un amigo de Ferrari.