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Liga BBVA | Getafe 2 - Real Madrid 1

El Madrid sigue de vacaciones

El Getafe remonta aprovechando la pasividad blanca. Cristiano y Özil no aparecen. Luis García fue más listo que Mourinho. Higuaín volvió a marcar.

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<b>EUFORIA AZULONA. </b>Valera firmó el gol 1-1 gracias a un testarazo sensacional en una falta botada por Barrada. Diego Castro (izquierda) y Lafita (derecha) le abrazan.
EUFORIA AZULONA. Valera firmó el gol 1-1 gracias a un testarazo sensacional en una falta botada por Barrada. Diego Castro (izquierda) y Lafita (derecha) le abrazan.

Hay jugadores del Real Madrid que siguen en la playa. Será por la canícula de agosto, será por el Getafe, será porque Mourinho se equivocó acumulando delanteros sin mayor sentido. Será lo que fuera, pero la horrible segunda parte que ayer firmó el equipo blanco en el Coliseum tuvo el castigo merecido: dos goles en contra que le sitúa a cinco puntos del Barça. Una sencilla falta con remate de Valera y un contragolpe de libro llevado de lujo por Colunga y culminado por Barrada sacó los colores a un campeón sin respuestas, sin fútbol, sin tensión y sin gol, a pesar de que en el último cuarto de hora toda la artillería blanca ¡incluido Morata! estaba sobre el campo de batalla.

En Getafe no comparecieron Cristiano, Özil, Lass y tampoco Albiol. Los dos primeros, sobre todo, siguen de vacaciones. Ya apuntaron maneras ante el Valencia y también en la Supercopa, pero ayer confirmaron que la temporada no ha empezado para ellos. Y hay más: ¿Cómo una defensa de elite puede encajar un gol de falta tan básico y se deja sorprender por una contra predecible? Ni siquiera la posible mano de Colunga al iniciar la arrancada exime de culpa a un lentísimo Albiol.

El aire de superioridad que mostró el Madrid en la primera parte fue el principio de su muerte final. El Getafe salió replegado, arrugado, en apariencia rendido de antemano. Xabi Alonso manejaba de lado a lado el balón, con apoyos de Di María y el impulso de Marcelo. Al cuarto de hora Cristiano y Özil fabricaron un tuya-mía que el alemán lanzó al larguero cuando estaba en el área pequeña y sin oposición. Decididamente ni siquiera las musas están de parte de Özil, que no levanta cabeza.

Fue un aviso propio de la superioridad del Madrid, que se convirtió en una trampa. La falta de combatividad relajó a los blancos al construir con aparente sencillez el gol de Higuaín, antes de la media hora: un pase entre los centrales, un control soberbio y balón a la red. El Pipa repetía diana después marcarle al Valencia, reivindicando su sitio en el ataque, sin contestación posible.

Empate.

Y hasta aquí llegó el cuento del Madrid en el Coliseum. A la vuelta del descanso salió de paseo. En el primer balón que remató el Geta consiguió el empate, ganando Valera el salto en una falta. Xabi Alonso, hasta entonces el mejor punto de apoyo del equipo blanco, sufrió una torcedura y bajó el ritmo, dejando al Madrid huérfano, descabezado, metido en un confuso juego sin sentido.

El Geta empezó a sentirse cómodo, a venirse arriba ante la inoperancia de Cristiano y la mansedumbre de un Madrid impersonal, sin chispa ni gracia. Mourinho empezó su carrusel de cambios, dando una oportunidad a Benzema.

Luis García supo leer el momento para apostar por la entrada del rápido Colunga, en busca de un contragolpe que pudiera hacer daño. Era casi un sueño, pero le salió bordado al entrenador azulón. En el primer balón que le cayó, se escapó de Albiol dejándole en evidencia, cruzó a la frontal del área con pasmosa facilidad y allí apareció Barrada para batir a un Casillas que no daba crédito a lo que estaba sucediendo.

El Madrid recibía un duro castigo. Un golpe bajo al que sólo contestó con precipitación, cuando lo que allí hacían falta eran ideas. Pero nadie estaba lúcido en el tirón final del partido, tampoco Mou, que metió a Callejón y a Morata en una línea de ataque superpoblada y atascada en un embudo, cuando en realidad lo que se echaban en falta eran las bandas de Di María y Marcelo... Pero ellos ya estaban erróneamente en la ducha. No hubo soluciones a la debacle. El Barça se marcha a cinco puntos y llegará el miércoles envalentonado al Bernabéu.