La Fábrica supera a la Masía

El Real Madrid Castilla se impuso al Barcelona B en el primer 'miniclásico' del siglo tras ganar por tres goles a dos en un partido en el que ambos equipos se mostraron fieles a los estilos de juego que les han llevado al éxito, el contragolpe ante el fútbol control. Juanfran abrió el marcador a los diez minutos, Denis lo amplió un cuarto de hora después y un gol en propia puerta de Mejías dejó todo pendiente para el segundo acto. Tras el descanso, Sergi Gómez marcó también en su propia portería el tercer tanto local y Sergi Roberto hizo de penalti el gol que mantuvo la emoción hasta el pitido final.

El conjunto azulgrana se apoderó del balón, lo trató con delicadeza y comenzó a merodear el área de Mejías con asiduidad ante un rival que esperó atrás para buscar el robo del balón y lanzar sus veloces contragolpes. La presión del equipo visitante en la salida del esférico de los hombres de Toril bloqueó por completo su centro del campo durante los diez primeros minutos. Justo el tiempo que tardó la zaga culé en tragarse un pase a su espalda de Álex Fernández que sirvió a Juanfran para fusilar a Oier y subir el primer gol al marcador. La gran efectividad blanca dio alas a su ataque, que puso en apuros a los de Eusebio con una ocasión en la que Denis no conectó de cabeza por muy poco.

Al Barcelona B no le temblaron las piernas con el tanto en contra y continuó con el guión previsto: tener el balón, tocar y esperar la aparición de espacios en la defensa madridista. A medida que avanzaban los minutos, el Real Madrid Castilla comenzó a tener más balón y más posibilidades de volver a golpear a la contra al conjunto catalán. En ocasiones, la fortuna es una parte importante en el fútbol y esta vez se alió con el conjunto merengue. Un tremendo choque entre Lombán y Balliu en un intento de despeje dejó el balón muerto para Denis, que amplió la ventaja de los suyos tras ver como el último oponente resbalaba y le dejaba solo ante Oier. La descomunal pegada de los de Toril, dos goles en dos ocasiones, hizo mella en la moral de sus oponentes, que veían como su plan se iba por el sumidero.

Con el 2-0 en el marcador, el Barcelona B se vio obligado a ser más directo para acortar distancias y volver a meterse en el partido, lo que aumentaba las posibilidades de que el Real Madrid Castilla sentenciara el partido en un nuevo contraataque. Un disparo alto de Lobato rebasada la media hora acabó convirtiéndose en la antesala del ansiado tanto de los de Eusebio. Un saque de falta de Deulofeu, despejado en primera instancia por Nacho, se envenenó hasta colarse en la portería blanca sorprendiendo a Mejías. Ambos equipos se marcharon a los vestuarios con la ventaja mínima local y con todo por decidir en los segundos cuarenta y cinco minutos.

Tras el intermedio y con la única sustitución de Kiko Femenía por Dongou, la polémica hizo acto de presencia en el Alfredo Di Stéfano. El colegiado andaluz Mariscal Sánchez invalidó un claro fuera de juego señalado por uno de sus asistentes en una acción que acabó con un disparo de Óscar Plano que Sergi Gómez alojó en su propia portería haciendo el tercer gol del Real Madrid Castilla ante la incredulidad de los jugadores azulgranas, parados casi por completo tras ver en alto el banderín del juez de línea. El gol del delantero mostoleño aceleró el segundo cambio de Eusebio, que retiró a Deulofeu, su hombre más incisivo, para dar entrada a Araujo. Borja García por Óscar Plano fue el primer movimiento de fichas desde el banquillo de Toril poco después.

El Barcelona B siguió empeñado en no perderle la cara al partido y en vender cara su derrota. La voluntad de los culés les sirvió para gozar de una inmejorable ocasión de Kiko Femenía tras una gran triangulación al borde del área que despejó Mejías en una gran intervención. A falta de veinte minutos para el final, el otro asistente de Mariscal Sánchez señaló un penalti de Nacho a Balliu que el árbitro tampoco había visto y que Sergi Roberto se encargó de transformar para apretar de nuevo el marcador. Los azulgrana, que acabaron con un jugador menos por expulsión de Sergi Gómez, pusieron todo la carne en el asador en la recta final ante un Real Madrid Castilla que supo contener las embestidas para apuntarse el primer 'miniclásico' del siglo XXI.