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Athletic | La intrahistoria

Ventas sonadas: Garay, Alexanko, Zubi, Alkorta...

Lizarazu y Salinas también dieron la espantada

Ventas sonadas: Garay, Alexanko, Zubi, Alkorta...

Josu Urrutia ha tratado de imponer su visión del estilo Athletic. Bajo su prisma, el club no es vendedor, pero tampoco está acostumbrado a que sus mejores leones diesen la espantada. Doloroso lo de Javi Martínez, más por las formas que por el fondo, e inconcebible en su cabeza lo de Llorente, con un chaval forjado 17 años en Lezama. A excepción de Lizarazu, Julio Salinas y Karanka, el Athletic ha bendecido las salidas con traspaso. Incluso la del central, por el que el Madrid pagó su cláusula de mil millones, tampoco fue mal vista. Alivió su caja para acometer otras operaciones.

La más sonada y, que reportó grandes beneficios, fue la de Jesús Garay, central muy agradable a la vista, un ídolo que ya tenía 30 años y 292 partidos. El Athletic decidió venderle en 1960 y con los 5,5 millones de pesetas de la época construyó la Tribuna Norte, la Tribuna Garay.

Pasaron dos décadas hasta asistir a otra venta cruda, la de otro líbero, José Ramón Alexanko, que con su potencia se destapó como goleador. Nunca se habían superado los cien millones en el traspaso de un jugador nacional.

El 'caso Zubi'.

Lo mismo sucedió con Andoni Zubizarreta, el joven meta con el que Clemente ganó las últimas Ligas. El presidente, Pedro Aurtenetxe, quería hacer caja y no se le ocurrió más que venderle y traer a Biurrun. La reunión de Ibaigane en 1986 fue surrealista. El hoy director deportivo del Barça no quería firmar y el portero de Osasuna estaba en otra sala comiéndose las uñas. Al final, tragó y renunció a unas cantidades del traspaso para donarlas al Athletic.

No se fue así Julio Salinas, prometedor goleador de la cantera, quien ese mismo año puso rumbo al Atlético y a una interesante carrera después de que se negasen a incrementar notablemente su ficha. Ferreira e incluso Goikoetxea, en su etapa final, acabaron también allí.

La venta de Alkorta al Madrid en 1993 fue sonada. Volvió de vacaciones y se encontró sin querer con que Lertxundi le había traspasado por 400 millones, la mitad empleados en fichar a Íñigo Larrainzar. Zarandearon su coche y tiraron tomates al presidente en San Mamés.

Garitano salió casi regalado al Zaragoza, por incompatibilidad con Guerrero, en 1996 y un año después, Lizarazu se amotinó para irse al Bayern, denunciado a la UEFA por el Athletic para sacar más de 700 kilos. La venta récord llegó en 2005, cuando el capricho de Mou por Del Horno costó 12 millones y la más reciente fue la de Aduriz al Mallorca, por la que Macua iba a ingresar seis y al final dejó de cobrar más de dos.