El Athletic sale ileso tras jugar con fuego en Croacia

Apuros, muchos apuros para el Athletic en Croacia. El equipo bilbaíno salvó en Koprivnica el primero de los dos obstáculos que le separaban de la fase de grupos de la Europa League, pero lo hizo con más sobresaltos y angustia de la que se esperaba tras el 3-1 logrado en la ida en San Mamés. Los hombres de Bielsa fueron rebasados por completo en la primera mitad por un Slaven que se mostró muy enchufado ante un Athletic blando, bloqueado, incapaz de dar respuesta al ímpetu rival y que pudo irse al descanso con un par de goles más en contra. La entrada de Galarreta, Muniain y Llorente tras el intermedio cambió la cara por completo al choque. Tan sólo dos minutos después de la reanudación, Muniain devolvió las tablas al marcador y los rojiblancos supieron poner la pausa necesaria para aplicar un fútbol control que acabó dándole el pase a pesar del tanto de Gregurina que tuvo la eliminatoria en vilo hasta el pitido final.

El tanto logrado por el conjunto croata en San Mamés sirvió para que este se envalentonara en el tramo inicial del encuentro y fuera creciendo sobre el césped a medida que avanzaba el reloj. Los de Ferencina dotaron el juego de mucho ritmo e intensidad desde el comienzo, con una clara vocación ofensiva en busca de un gol que le permitiera meterse de lleno en la eliminatoria. Mientras tanto, el Athletic intentaba ser fiel al 'estilo Bielsa', pero sin éxito. El ímpetu local, que originó un goteo constante de llegadas sobre la portería de Iraizoz, con Delic como principal activo, no permitió hacerse con la batuta del choque a los rojiblancos, que tan sólo lo intentaron con un disparo desviado de Iturraspe desde dentro del área durante la primera mitad.

El centro del campo del Athletic fue una mina para el Slaven debido a las constantes y comprometidas pérdidas de balón de los vascos. Después de numerosos avisos y tras otras tantas recuperaciones, el tesón y la superioridad croata obtuvo su más que merecido premio. Alen Maras abrió el marcador con un gran gol de falta directa cuando el crono estaba a punto de señalar la primera media hora de juego. Con el tanto local, y por primera vez en la eliminatoria, el pase del Athletic a la siguiente ronda estaba en peligro, no sólo por el resultado que reflejaba el marcador, también por el desastroso manejo de los leones sobre el terreno de juego.

Que la mejor noticia para los vizcaínos al descanso fuese ir perdiendo por la mínima habla muy claro acerca de la tremenda empanada sufrida por los de Bielsa durante el primer tiempo. Un par de goles más del Slaven al descanso no hubiese sorprendido a nadie, a tenor de la supremacía mostrada por el equipo croata en los primeros cuarenta y cinco minutos. Para muestra, un botón: Puric hizo temblar la portería de Iraizoz con un misil que se estrelló en el palo izquierdo a tres minutos del intermedio. Durante el intermedio era obligado poner solución a un centro del campo inexistente, incapaz de conectar con unos delanteros desaparecidos y que puso una vez tras otra en apuros a una defensa blanda y desacertada.

El masaje cardíaco aplicado por Bielsa a los leones en el descanso tuvo un éxito rotundo e inmediato. El técnico argentino cambió la cara al equipo con un triple cambio con la entrada al partido de Galarreta, Muniain y Llorente en sustitución de Ekiza, Ibai y Toquero. Tan sólo dos minutos tardó Fernando en tirar un gran desmarque al espacio para recibir el pase al hueco entre líneas, encarar al meta Rodic y servir el empate en bandeja a Iker. Como si de 'El extraño caso del doctor Jekyll y Mister Hyde' se tratara, el cuadro bilbaíno dio la vuelta a la tortilla y mostró una cara totalmente distinta durante el segundo asalto, algo más que necesario para seguir vivo en la Europa League.

Desaparecieron las pérdidas de balón en la medular del equipo vasco, aumentó la intensidad en todas sus líneas, la defensa dejó de sufrir sobresalto tras sobresalto y sacar la pelota jugada empezó a resultar viable. Llorente e Ismael López tuvieron en sus botas la sentencia definitiva de la eliminatoria con dos claras ocasiones que no aprovecharon en los primeros compases del segundo acto. Cuando el panorama para el Athletic era de calma absoluta, un disparo lejano y sin peligro de Gregurina tocó en Iraola, despistó a Iraizoz y puso en ventaja al Slaven y en serios apuros de nuevo a los hombres de Bielsa.

A partir de ahí, el Athletic supo dotar al encuentro de la tranquilidad necesaria para hacerse con el control del balón y hacer que su rival corriera tras él sin éxito. Lo apretado del marcador hizo que los jugadores rojiblancos se vieran obligados a defender hasta el pitido final las peligrosas embestidas que el Slaven fue capaz de realizar en un arreón final que tuvo contra las cuerdas a los de Bielsa, que ya esperan rival en la ronda de play-off de la Europa League.