"En el Betis, el portero es cómplice del buen fútbol"

¿Cómo afronta Fabricio su segundo año en el Betis?

Con muchas ganas. La pasada campaña me perdí la pretemporada y tengo la ilusión de hacer un gran año junto a mis compañeros. Disfruto entrenando. Soy feliz, lo tengo todo aquí y espero coger pronto el mejor estado de forma.

El año pasado se perdió el comienzo, usted mismo lo ha dicho, aunque fuera titular. ¿Está olvidada la lesión de hombro o temió algo peor?

Olvidada totalmente. Ya me partí la tibia una vez y no pensé que fuera a dejar el fútbol. Las lesiones te hacen más fuerte, te permiten madurar. No son buenas, pero yo trato de sacar cosas positivas de ellas.

Es muy joven, 24 años todavía. Para un portero, casi juvenil.

Sí, soy joven. Pero estar en varios equipos me ha dado experiencia, formación. He jugado Intertoto, he tenido un descenso, he estado en Segunda... De cada equipo y de cada entrenador se aprende.

¿Qué cosas le quedan por aprender?

Todas. Soy de los que piensan que nunca se para de progresar, de exprimir las cualidades. Soy muy exigente.

¿Y qué se exige usted, sobre todo?

Los porteros no pueden perder la concentración y ser muy positivos. Yo siempre estoy diciéndome a mí mismo que soy el mejor, y que tengo los mejores compañeros. Que vamos a ganar. Pero no he visto ningún portero que no falle. El fútbol es un juego basado en los errores del rival, no en los aciertos de uno. Hay que minimizar el porcentaje de errores.

¿Qué jugador le exigió más el año pasado?

No tengo miedo a ningún delantero, pero Falcao me dio mucha sensación de peligro. La pide siempre, está en el área, choca... El colombiano me gustó mucho.

¿Ha visto la Euro? ¿Con qué porteros se queda?

Soy una esponja, intento aprender de todos los porteros. Sabemos que Casillas es de los mejores, el mayor especialista en los manos a mano. Pero a mí me gusta mucho Valdés por su juego con el pie y por su personalidad tan fuerte, su carácter. Aunque ya he dicho varias veces que mi mayor ídolo es Schmeichel, porque era ágil a pesar de ser tan grande, tenía mucha fuerza. Mi abuelo y el entrenador de porteros del Depor me hablaron del danés.

Habla de Valdés. En el Betis, como en el Barça, ser portero es profesión de riesgo...

En el Villamarín los metas sabemos que tenemos que jugar la pelota al compañero, y que un día puedes fallar. Pero si no lo veo claro no arriesgo y la mando a las manos del portero contrario. Mel quiere que el meta sea cómplice del buen fútbol, un jugador más. Es nuestra filosofía y la que nos ha dado cosas buenas.

¿Qué espera de la campaña que va a comenzar?

Que sea al menos igual de buena que la anterior. Nuestro objetivo es la salvación. La columna vertebral es la misma, somos buena gente, un vestuario muy sano. Aspiramos a salvarnos lo antes posible, porque lo exige la situación económica del Betis.