Portugal se marchó con dudas sobre su orden en los penaltis

Portugal amaneció ayer orgullosa de su selección, pero incrédula porque Cristiano Ronaldo ni siquiera tuviera la oportunidad de lanzar uno de los penaltis de la tanda que decidió el primer finalista de la Eurocopa. El madridista iba a tirar el quinto y ni siquiera tuvo la oportunidad porque los fallos de Moutinho y Bruno Alves propiciaron la eliminación portuguesa antes de que llegara su turno.

¿Por qué Cristiano para el final? ¿No era mejor asegurar un disparo de calidad cuanto antes? Ese fue el debate en el país vecino y también entre la expedición lusa desplazada hasta Donetsk. Lo tuvo que explicar al final del partido el propio Paulo Bento: "Cristiano iba a lanzar el último penalti. El orden estaba ya marcado de antemano. Si con 4-4 hubiera anotado el de la victoria estaríamos hablando de otra cosa. Es cuestión de estrategias".

Pero eso es lo que algunos analistas explicaban ayer. El último lanzador siempre se lleva la gloria si marca su penalti y relacionar esa imagen con la fama que arrastra Cristiano es un ejercicio demasiado sencillo. Hubiera sido más lógico verle tirar antes, sin necesidad de convertirle en un héroe.