SEMIFINAL | PORTUGAL 0 (2) - ESPAÑA 0 (4)
Así jugó España
Así jugó la Selección ante Portugal
Casillas: De nuevo San Iker en la tanda de penaltis. No tuvo que intervenir en el primer acto en ningún disparo a puerta. Sí en un saque de esquina nada más iniciarse el partido de Coentrao que se colaba en la portería. Respondió bien por alto en todos los balones y con el pie. Sus compañeros le buscaron mucho ante la presión del rival. Espectador en la segunda parte y la prórroga. Su momento estaba reservado a la tanda de penaltis donde corrigió parando el primero el error de Xabi Alonso y vio como los postes, siempre de su lado, ayudaban en el segundo error de Portugal.
Arbeloa: Tenía el gran reto de frenar a Cristiano Ronaldo. Provocó que asomase poco en ataque, una vez con mucho peligro para encontrarse el pase de Xavi y tener una de las grandes ocasiones de España. Chutó ajustado a la escuadra. Fue agresivo en su defensa para salir airoso del pulso con Cristiano. Siempre encima cuando recibió, sin dejarle pensar ni explotar su velocidad. Cuando perdió la marca no dudó en hacer falta. Vio la amarilla por una mano. Y acabó mostrando que es un portento físico, llegando para poner centros cuando Portugal ya solo defendía y esperaba los penaltis.
Piqué: Firmó su mejor partido de la Eurocopa. Más rápido y fino para ser clave en los cortes de jugadas ofensivas de Portugal. Siempre bien posicionado. Generoso en la ayuda a Arbeloa. Fuerte en el juego aéreo. Compenetrado cada vez más con Sergio Ramos para formar una pareja insuperable. Un solo gol encajado por España en todo el campeonato.
Sergio Ramos: Mantuvo el equilibrio defensivo de España cuando Portugal apretó. Es el 'kaiser', el heredero de Puyol para imprimir carácter en la lucha. Estuvo perfecto, rápido, ganando todas las acciones en las que intervino. Anuló a Hugo Almeida y no le condicionó la cartulina amarilla recibida a los 40 minutos por una obstrucción a Cristiano. A los 105 minutos rozó la escuadra en un lanzamiento de falta. Y se quitó una espina mostrando al mundo su personalidad. Cuando España entera temblaba en su penalti, recordando el disparo a las nubes ante el Bayern de Múnich en semifinales de Liga de Campeones, chutó a lo Panenka y marcó.
Jordi Alba: Con Arbeloa centrado en defender asumió el papel de lateral de largo recorrido, menos cuando Cristiano cayó a su banda para frenar su cara ofensiva. Rapidísimo en el marcaje a Nani, con quien mantuvo un pique todo el encuentro del que salió vencedor, se encontró con duras entradas que no consiguieron frenarle. Juega con la 'Roja' como si llevase toda la vida en ella.
Busquets: Encomiable su labor defensiva, fue de menos a más cuando el balón pasó por sus pies. Algún error inicial, en una zona donde no puede cometerlos, puso en problemas a la defensa ante la velocidad de Portugal, pero acabó omnipresente en la ayuda. Soltándose en ataque, acertando siempre en la salida de balón. Una referencia.
Xavi: España le necesitaba como referencia y comenzó asumiendo el liderazgo, construyendo y asomando en ataque. En un partido tan físico acusó no haber descansado en la Eurocopa. Buscó siempre combinar con criterio, encimado por jugadores con mejor físico. Jugó 87 minutos antes de ser sustituido, con el dolor de dejar al equipo en momentos decisivos.
Xabi Alonso: Tras su gran día ante Francia volvió a ser la referencia de la selección en el centro del campo, incansable en su labor defensiva y aportando criterio con el balón. Dando cambios de juego que permiten respirar ante el achique de espacios. No asomó en ataque y bajó en exceso a la defensa a construir desde atrás. Su entrega fue total hasta que España se apoderó del balón y comenzó a imponer su criterio.
Silva: Le falta la chispa que le hace un futbolista diferente. Llega a la recta final de la Eurocopa justo en el físico y su cabeza pierda brillantez. Le hace elige mal las jugadas. Dispuso de una clara ocasión en un contragolpe, con todo para chutar, pero optó por un pase malo al desmarque de Iniesta. No se encontró en el partido y acabó siendo sustituido por Del Bosque una vez más.
Iniesta: Es la magia de España y el futbolista capaz de desequilibrar un duelo tan igualado. Aportó la pausa en la batalla de los noventa minutos y cuando a todos le bajaron las fuerzas, apareció para echarse al equipo a sus espaldas. El partido estuvo en sus botas en el minuto 103, de nuevo en una prórroga como en la final del Mundial, su disparo rozó el palo. En esta ocasión su tanto estaba reservado para la tanda de penaltis. Está a un paso de ser el mejor jugador del campeonato.
Negredo: Fue la sorpresa escondida por Del Bosque al recuperar la figura del 9 y apostar por Negredo antes que Fernando Torres. Se dejó todo en la lucha. Recibió golpes en la pelea con Bruno Álves, sufrió su dureza en cada balón aéreo, y aunque no tuvo ocasiones de gol, creó una aguantando el balón a la llegada de los centrocampistas. Dejó su sitio a Cesc Fábregas en el minuto 54.
Cesc: Entró en escena cuando Del Bosque decidió recuperar la figura del falso nueve y sentar a Negredo. Desde el minuto 54 peleó con los centrales, buscó con sus movimientos desubicarlos y tuvo criterio con el balón. Chutó cada vez que tuvo ocasión. Y vio muy bien la velocidad de Pedro y Navas. La historia le tenía reservado de nuevo el lanzamiento del quinto penalti, el decisivo, como hace cuatro años en cuartos de final de la Eurocopa frente a Italia. Repitió y marcó el último tanto para alcanzar la final.
Navas: Su entrada fijó a Coentrao, que dejó de incorporarse al ataque, y abrió el campo en el ataque de España. Aportó frescura desde el minuto 60 que entró por Silva. Encaró siempre. La tuvo en el minuto 102 y en el 111 tras combinar bien con Arbeloa. Respondió nuevamente como le pide Del Bosque.
Pedro: Fue el último en entrar al terreno de juego, a tres minutos del final del tiempo reglamentario, cuando el físico de Portugal comenzaba a bajar para cumplir con el papel de revulsivo que tan bien realizó ante Francia sentenciando los cuartos de final. A los 113 minutos pudo sentenciar el duelo. En carrera, le cayó a su pierna izquierda y se perdió en el recorte. Incomodó siempre a la defensa portuguesa.