Ascenso a Segunda | Tenerife 1 - Ponferradina 2
La Ponferradina asciende ante un rival desquiciado
El Tenerife mostró su peor versión de la temporada.
Exito y fracaso en un solo partido. El éxito, el de la Ponferradina, equipo sólido y con argumentos, superior en la ida y también en la vuelta. El fracaso se escribe con dolor porque no merece la afición del Tenerife tan cruel desenlace: 30 minutos de la basura, un arbitraje lamentable y la pesadumbre de saberse otro año en el infierno.
La final por el ascenso trajo el peor guión posible para los locales, que llenaron su estadio hasta la bandera y vieron en el Heliodoro uno de los ambientes más calientes de toda la temporada. El juego del equipo no estuvo a la altura. Enfrente, los de Claudio Barragán sí supieron adaptarse a las circunstancias, enfrentar las dificultades y cuajar el partido que necesitaban.
Encerrado en sus propias angustias, nunca supo el Tenerife interpretar la cita como debía. Con tantos nervios como imprecisiones, se abocó a una locura permanente, con los sentimientos a flor de piel. El miedo a encajar gol se apoderó de un Tenerife que no fue el Tenerife; la Ponferradina, en cambio, sí se pareció al conjunto ordenado que ha sido durante todo el año. Las primeras acometidas con cierto peligro fueron con camino a la meta de Aragoneses, que ya barruntaba que el partido no le gustaba cuando tuvo que estrenar sus guantes.
Arbitraje. Apenas llegaba el Tenerife, que echó en falta más balón y más protagonismo de sus hombres capitales. En la película del envite, es imprescindible fijarse en el árbitro, cicatero y tendencioso, que se hizo el sueco ante un penalti clamoroso sobre Kike López en el primer acto. Tan injusta como su decisión en esta jugada fue su distribución de las tarjetas. Mientras acribilló a los anfitriones, perdonó a la Ponfe, a la que pitó uno de los dos penaltis que reclamó en la reanudación. El tiempo que tardó Yuri en abatir a Aragoneses fue el que duró en pie el Tenerife. Si ya era un milagro anotar tres goles, se hizo imposible la gesta cuando un buen chut de Máyor obligó a los de Medina a hacer cuatro. Lo demás fue una agonía. La Ponferradina celebra haber hecho las cosas bien; el Tenerife seguirá en el pozo.
Barragán: "Mi equipo fue mejor"
"Mi equipo fue mejor y no creo que nos tengamos que centrar en la actuación arbitral. De todos modos, creo que el colegiado estuvo francamente bien. Respecto a los penaltis, me fijo sobre todo en el primero, donde incluso Pablo Sicilia se echa las manos a la cabeza porque efectivamente había que pitarlo y era expulsión. Somos un equipo humilde, modesto, y hemos conseguido el objetivo ante un gran rival como el que tuvimos enfrente".
Medina: "Nos pudo la ansiedad"
"Nos pudo la ansiedad, sobre todo por el temor a encajar un gol que nos obligara a marcar tres. Respecto al arbitraje, lo que más me molestó fueron los cuatro minutos de prolongación. Sé que hay informadores presentes y que hay que cumplir, pero a lo mejor con uno bastaba porque estábamos sufriendo una agonía. ¿La afición? No tengo palabras. La sensación es de tristeza, sobre todo por ellos. De mi futuro, no sé nada. Ya veré lo que se decide".