Laurent Blanc está cerca del adiós tras caer ante España

Caras largas en el aeropuerto de Donetsk en el adiós de Francia a la Eurocopa. Los jugadores galos abandonaron ayer su lugar de concentración en Kirsha y aterrizaron en París entre críticas y análisis de lo que ha sido su participación en el torneo.

La corriente de opinión es doble. Los hay que opinan que caer ante el mejor equipo del mundo en cuartos de final y tras el rotundo fracaso del Mundial de 2010 es un avance y primer paso importante en la etapa de Laurent Blanc al frente del equipo. Pero también existe la idea de que el grupo se le fue de las manos al seleccionador por la inesperada derrota ante Suecia en la primera fase y que ese descontrol se convirtió en un nuevo motín en el vestuario, sobre todo por la discusión entre el técnico y Ben Arfa.

Equipo menor. Por si fuera poco, el planteamiento defensivo de Blanc ante España -puso dos laterales derechos en el once titular y un centro del campo sin Nasri, Menez ni Ben Arfa- ha extendido la sensación de que su mente no es tan ganadora como se esperaba y que a la hora de la verdad respeta demasiado a los rivales grandes, sean los que sean. Eso no ha gustado en el país vecino, que exigía al menos ser valientes.

Y en tal diatriba se encuentran ahora la Federación francesa y el propio seleccionador. Su contrato expira el 30 de junio, el próximo domingo, y aún no se sabe si será prolongado hasta el Mundial de 2014 o se buscara una alternativa para el banquillo.

El presidente Noël Le Graët prometió antes de viajar a Ucrania que si clasificaba a Francia para los cuartos de final le garantizaría dos años más en el cargo. El objetivo marcado se ha cumplido, pero la eliminación ante España y, sobre todo, la forma en la que el conjunto bleu se ha venido abajo en todos los sentidos podrían hacer cambiar el desenlace. En los próximos días puede caer Blanc.