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CUARTOS | ESPAÑA-FRANCIA

Los escándalos persiguen históricamente a Francia

Desde Platini en el 86 al reciente entre Ben Arfa y Blanc. Las cosas no mejoraron ni cuando llegaron los títulos en el Mundial del 98 y la Eurocopa de 2000.

Donetsk
Los escándalos persiguen históricamente a Francia

Francia tiene miedo de que la supuesta pelea entre Blanc y Ben Arfa después del partido ante Suecia suponga un nuevo capítulo en el largo historial de escándalos que persiguen históricamente a los bleus. El gran objetivo del técnico antes de la Eurocopa era que reinaran la tranquilidad y la armonía. Algo difícil. Un desafío complicado. Sin duda.

 Sobre todo si se echa un vistazo a lo que han sido las distintas etapas y concentraciones francesas en los últimos años. El resultado es espeluznante. En 1984 los galos se aislaron en una abadía para preparar la Eurocopa de la que eran anfitriones y firmaron un pacto de no agresión con la prensa. Dos años después, en el Mundial de México, la gran estrella Platini se negó a hablar con los medios por su mala relación con algunos de ellos.

Aquello no fue nada en comparación con lo que llegó después. En el año 88, cuando Cantona era considerada una de las grandes promesas del país, el entonces jugador del Marsella llamó "saco de mierda" al seleccionador Henri Michel por dejarle fuera de una convocatoria. La respuesta de la federación fue castigarle durante un año sin la selección.

Años dorados. Las cosas no mejoraron ni cuando llegaron los títulos en el Mundial del 98 y la Eurocopa de 2000. Una vez retirado, Emmanuel Petit, mediocentro goleador en la final mundialista ante Brasil, reconoció que no era oro todo lo que relucía. "Yo no me hablaba con Zidane. Era una época habitual de visitas a clubes de intercambio de parejas. Y Barthez cayó en coma etílico en un pasillo tras la final", escribió.

En la época de Roger Lemerre, que había sido seleccionador militar, las hostilidades se desataron cuando declaró en el estadio Nacional de Chile que "las dictaduras a veces son positivas". Pero sin duda el gran borrón llegó en el Mundial de 2010. Anelka llamó "sucio hijo de puta" al técnico Raymond Domenech en un descanso y éste decidió echarle de la convocatoria. Los jugadores se negaron a entrenar por ello y el seleccionador lo explicó ante los medios leyendo una carta. Una herida que más de uno aún no ve del todo supurada.