CUARTOS | ESPAÑA-FRANCIA
La puerta hacia el paraíso
El nueve de España es la duda y el de Francia está claro: Benzema
La película Campeones, el documental de los dos últimos títulos de la Selección (atrápenlo en Telecinco), resulta clarificador. Si nos referimos al Mundial, sufrimos agónicamente en cada partido. Para el recuerdo ha quedado un tiqui-taca triunfal, pero sólo se dio, en su verdadera esencia, durante algunos minutos contra Alemania. Y hace cuatro años el torneo no fue mucho más plácido: la revelación gloriosa también tuvo que esperar hasta las semifinales, frente a Rusia. Es un problema frecuente el de querer hacer memoria y que te salga poesía. Estos son dos buenos ejemplos.
En vísperas de los cuartos de final contra Francia la tentación es decir que coincidimos los mismos de entonces. Sin embargo, somos más viejos y desconfiados. El equipo recela de la prensa porque después de reinar en el mundo esperaba una carta blanca o una alfombra roja. En la prensa hacemos gala de nuestra mala cabeza al olvidar todo lo que hubo que sufrir para gozar tanto.
El primer deseo es que no se nos pierda nada por esa fisura. En el fondo, la incomunicación es otra de las características de nuestra españolidad. Solemos dar por hecho lo que ni siquiera se está cociendo y reaccionamos con especial indignación ante lo que nunca existió. El hecho es que lo que se podría curar hablando (engorrosa tarea) tendremos que arreglarlo con la clasificación para semifinales, la ronda donde siempre empieza nuestro amor eterno.
Como ya sucedió otras veces, Francia es la puerta del paraíso (nunca abierta en competición oficial, por cierto). Buen equipo, estilizado, repleto de hombres altos que intentan agacharse para jugar como bajitos. Sus estrellas son familiares. El más cercano, Benzema, vestido de azul marino y todavía con un gol por dedicar a Pitina. Después, Ribéry, herido; como siempre. Y tras ellos, Lloris, ese gran portero del Lyon al que el Madrid le rebaja el ego cada temporada.
En España no se esperan cambios. Lo más probable es repetir once con Torres, lo menos extraño sería que volviera Cesc y lo más sorprendente resultaría que entrara Pedrito, del que se hablan maravillas en las últimas horas. El canario fue la novedad en la semifinal contra Alemania en el pasado Mundial. Y nos fue bastante bien.
Lecciones. La película Campeones nos enseña más cosas. Entre lágrimas y emociones, nos recuerda el papel primordial de Villa, la raza de Puyol, la fiabilidad de Cesc y el empuje de Sergio Ramos desde el lateral derecho. Los dos primeros no están, pero los otros sí, aunque en posiciones distintas a las de entonces. Tal vez el pasado encierre las claves que nos empeñamos en buscar en el presente.
Esta noche volvemos a la frontera de siempre, la que separa nuestras dudas de nuestro entusiasmo. Que el cielo nos ayude e Iniesta también.