Cuartos | España - Francia
La llegada de la Selección cierra las minas durante un día
Donetsk es la capital de una de las regiones del mundo con mayor volumen de negocio en el sector de la minería del carbón. Mañana será festivo para los mineros debibo al España-Francia.
Salen de perforar la tierra completamente ennegrecidos y exhaustos. Trabajan durante horas en condiciones extremas de calor, humedad y presión. Son los mineros de Donetsk, honrados empleados a los que la dirección de las empresas para las que prestan sus servicios han guardado una agradable sorpresa en esta Eurocopa. La inmensa mayoría de las mismas ha decidido decretar fiesta mañana por la tarde, coincidiendo con el partido entre España y Francia.
Donetsk es la capital de una de las regiones del mundo con mayor volumen de negocio en el sector de la minería del carbón. La liberalización del año 91 hizo descender de 230 a 95 el número de minas presentes, pero su explotación sigue suponiendo el 25% de los recursos de la zona. El equipo de la ciudad, el Shakhtar Donetsk, también procede de este importante ámbito. Su dueño, Rinat Akhmetov, es un adinerado empresario que ha ganado una fortuna a través de obtener el máximo rendimiento de la tierra. La palabra Shakhtar, de hecho, significa minero. Los mineros de Donetsk, es el equipo.
La fusión entre el fútbol y la minería viene de lejos, por lo tanto. Y es muy consistente. De ahí la medida que han tomado los directores de las diferentes excavaciones con respecto al partido de mañana. La mayoría es consciente de que en la ciudad se juega uno de los partidos más importantes del torneo y quieren dar la posibilidad a sus empleados de que vayan al estadio si así lo consideran oportuno.
Precios. "No ha sido algo que hayamos planteado nosotros. Sabemos que nuestro trabajo exige dedicación plena. Trabajamos los festivos, en vacaciones, cuando se nos requiere", confiesa Andriy, uno de los empleados. "No sé si alguno podrá ir al campo porque las entradas son caras, pero por lo menos podremos verlo en casa con nuestra familia o juntarnos con los amigos y disfrutar. Es un gran partido".
Precisamente el precio de las entradas es algo de lo que se vienen quejando los ucranianos desde que salieran a la venta. Para el partido de mañana oscilan entre las 400 y las 1.500 grivnas. O lo que es lo mismo, entre los 40 y los 150 euros. Mucho, muchísimo, para el sueldo medio de un minero, que no suele llegar en casi ningún caso a las 2.000 grivnas (200 euros) al mes. Destinar la mayor parte del mismo a la entrada de un partido es un lujo al que muchos ni pueden ni quieren hacer frente.
Sigue dando la sensación, de hecho, de que conservan su profesión como un bien insustituible. Llevan años ejerciéndola y la mayoría la ha adquirido por el influjo de sus padres y abuelos, también mineros. En su poco tiempo libre entre excavación y excavación charlan de manera seria los unos con los otros. Sin demasiadas ganas. Sólo esperando a que vuelva a tocarles su turno. También tienen miedo a ser fotografiados por lo que les puedan decir sus superiores. "Estamos trabajando. Deberías pedir permiso a nuestros jefes", nos dicen.
Para muchos es una sorpresa que haya un periodista español interesado en conocer sus sensaciones durante esta Eurocopa. Pero les gusta el fútbol. Y saben de fútbol. "Iniesta". "Xavi". "Casillas". Son los nombres que recitan cuando se les interroga por la Selección. Y enseguida comienzan a debatir entre ellos en ucraniano, siempre de forma ruda, pero con la sensación de que ahí abajo, en la mina, uno lo pasa mejor si consigue hablar de fútbol. No será mañana. Mañana en Donetsk juega La Roja.