España - Francia
La Roja se encontrará 35 grados y poca afición en Donetsk
España cambia de sede y Donetsk no está precisamente cerca de Gniewino, cuartel general del combinado nacional. Un total de 1.556 km separan ambos puntos. Habrá un millar de aficionados.
Donetsk es la sede más alejada de cuantas España tiene desde su cuartel general de Gniewino. Está situada en el Oblast de su mismo nombre en el este de Ucrania y se encuentra a sólo 112 kilómetros de la frontera con Rusia. Llegar en avión desde el hotel de España pasa por recorrer los 1.556 kilómetros de distancia entre ambos puntos en más de dos horas de vuelo. Hacerlo desde España de manera directa no es posible, salvo en vuelos chárter, e implica un incómodo enlace en algún aeropuerto intermedio.
La ciudad tiene casi un millón de habitantes y es mundialmente famosa por sus muchas empresas dedicadas al negocio de la minería del carbón y el cobre. Este sector ha acarreado riqueza a varios empresarios, entre ellos Rinat Akhmedov, dueño del Shakhtar, que ha levantado en medio de la ciudad un estadio de cinco estrellas como el Donbass Arena y ha hecho lo propio con una ciudad deportiva de última generación en la que durante estos días se ha instalado Francia. Son grandes brochazos de riqueza para una ciudad trabajadora y por lo general de clase baja. De hecho, los precios para el partido del sábado (de 40 a 120 euros) son muy elevados para la mayoría.
Los aficionados se suelen agolpar en la Fan Zone de la Plaza Lenin, en el centro de la ciudad. Se calcula que hasta ahora han pasado por allí casi 500.000 personas, aunque la mayor parte han sido ucranianos y también rusos, que han atravesado la frontera para participar de la Eurocopa.
Pocos hinchas. Muchos menos han llegado de países más lejanos. Sí hubo alrededor de 6.000 ingleses durante los días en los que su selección jugó en Donetsk, pero los franceses no rebasaron el millar y sobre esas cifras se calcula que pueda estar el número de aficionados españoles en el encuentro del sábado. Las dificultades para llegar, las malas infraestructuras y los altísimos costes de hotel han hecho pensárselo dos veces a mucha gente que tenía idea de viajar.
El propio ayuntamiento de la ciudad, en colaboración con la UEFA, designó una explanada a las afueras para que se usara como cámping para aficionados durante el torneo. Sin embargo, ha resultado ser un fracaso absoluto al encontrarse muy lejos de las zonas comunes y tener un precio de 60 euros por noche durmiendo en tienda de campaña y compartiendo baño con los demás.
Otro elemento que seguramente sorprenda a la selección de Del Bosque a su llegada a Donetsk será el calor. Estas semanas se han registrado temperaturas que rondan los 35 grados y la sensación de bochorno sólo se mitiga un poco cuando cae la noche y se levanta algo de aire. Pese a ello, jugar en estas condiciones es dificultoso para quien viene de un clima mucho más suave como el de Polonia.