Objetivo: pasar a cuartos de final y evitar las sospechas

Tomemos el partido como un cruce de octavos de final donde nos valiera el empate para pasar a cuartos (segundos o primeros, según). De ese modo advertiremos mejor el peligro: nuestra tranquilidad relativa es la urgencia absoluta del rival. Ahora descartemos la teoría del empate premeditado a dos goles (o más), el resultado que nos clasificaría a ambos. Para representar esa obra haría falta un teatro y mucho ketchup. Otra cosa es que el caos del universo y el capricho de los dioses nos conduzcan hasta ese marcador improbable. En ese supuesto, nada podremos hacer contra los designios divinos, polvo somos.

 La situación es delicada porque, en ciertos caminos, obliga a pensar, ese arduo ejercicio. En principio, el sentido común recomienda precaución, pero hay dudas de que el tiqui-taca tenga diferentes programas de lavado. También podría llegar el momento (empate a falta de 15 o 20 minutos) en que España tuviera que decidir si dar un paso adelante o atrás. Meter un delantero o incorporar un central. Silbar o rezar. A esos inquietantes escenarios me refiero.

Veneno. De algo no se duda: doblegar a Croacia será como hacerse el nudo de la corbata con una serpiente de cascabel. Mejor muerta que sencilla. Y que nadie olvide que de allí procede el invento (la corbata, no el cascabel). Lo demás incide en los siseos venenosos: sangre efervescente, octavo equipo del ránking FIFA (tras Argentina) y clasificado en la repesca, pero con un contundente 0-3 en Estambul. Por no hablar de la deuda (moral, esotérica, futbolera) que mantiene la Eurocopa con los balcánicos (entonces bajo la bandera de Yugoslavia) desde su expulsión en 1992 como consecuencia de la guerra.

Superados los debates, la intriga de España vuelve a girar en torno al ataque: Torres solo o Torres con Cesc. En esta segunda opción, Xabi Alonso descansaría para evitar una amarilla que le dejaría sin cuartos (a semis se pasa limpio); Busquets y Xavi serían, entonces, los tripulantes del pivote. Se trata de una recomposición razonable que aligera los movimientos del equipo a cambio de adelgazar el mediocampo. Arbeloa, Jordi Alba, Javi Martínez y Torres son los otros advertidos de sanción.

Croacia es más que Modric, un jugador de talento, pero que porta la cruz de un físico que recuerda mucho al de Cruyff (parecido que disfruta, pero le consume). Tan importante como él se ha revelado Mandzukic, con tres goles en cuatro remates. El punta del Wolfsburgo (1,87) señala la amenaza croata en los balones altos.

No se espera ni manguerazo ni lluvia providencial, al menos a la hora del partido. Hay posibilidad de tormenta en torno a la medianoche y la hierba se verá refrescada por el 65% de humedad. El resto de gotas que rieguen el campo serán de sudor y de agonía.