Desilusión absoluta en el 'Oranje Camp' de Holanda

Darse una vuelta ayer por el Oranje Camp de Kharkiv distaba mucho de hacerlo en las horas previas al encuentro ante Alemania. La derrota ha sepultado los ánimos de los hinchas holandeses desplazados en masa hasta Ucrania. Se calcula que unos 10.000 están estos días apoyando a su equipo, de los cuales 1.500 se alojan en este camping itinerante que ya lleva años organizándose en los distintos campeonatos que juega su selección. Es la forma más sencilla de tener acomodo, pues por 600 euros cubren toda la primera fase.

Pero ni siquiera Martin y sus amigos tenían ayer ganas de fiesta. El flamante autobús escolar con el que han llegado a Kharkiv desde Rotterdam tras tres días de carretera y 2.542 kilómetros -más la vuelta- continúa aderezado con banderas y pintadas holandesas, pero ya no desprende la misma chispa y alegría que antes. "Está muy complicado. Prácticamente estamos eliminados. Nos hace falta un milagro", cuenta su dueño mientras permite ver su interior, moderno y con todas las comodidades necesarias.

Tristes. Otros se lo toman con más filosofía, como la familia Schrivenjs. Disfrutan del día soleado mientras almuerzan junto a su autocaravana y hacen números y cábalas. "Ustedes, los españoles, no lo tendrán tan difícil", se despiden. La suya es de las pocas sonrisas en los 5.000 kilómetros de tiendas y caravanas naranjas. La mayoría se ve volviendo para casa antes de tiempo.