FINAL DEL PLAYOFF DE ASCENSO | ALCORCÓN 0 - VALLADOLID 1
Javi Guerra oscurece el sueño del Alcorcón
El delantero del Valladolid anota un gol con el pecho y funde casi todas las esperanzas de ascenso de los madrileños (0-1). El sábado, la vuelta en Zorrilla.
Tenía una cuenta pendiente el Valladolid con el fortín de Santo Domingo. Hace apenas un mes, el conjunto pucelano se dejó dos valiosos puntos en la penúltima jornada de liga, cuando estaba inmerso en una titánica lucha con el Celta por subir directamente a Primera. Entonces, en 20 minutos vieron como un irreductible Alcorcón levantaba un 0-2 y alejaba la posibilidad de dicho ascenso. En ese momento quedó grabada una venganza en la mente de los pucelanos. La ida de la final del playoff de ascenso parecía el instante ideal para completar el desquite. El Valladolid se lleva a Zorrilla un resultado magnífico (0-1) gracias a un gol aún mejor con el pecho de Javi Guerra, pero, sobre todo, la sensación de superioridad sobre un equipo atenazado por los nervios.
El partido se intuía heroico, sin ataduras. Los primeros 10 minutos fueron una locura. En segundos se pasaba de un área a otra, sin tiempo apenas para respirar. Con esta idea pretendía vivir el Alcorcón, mucho más completo físicamente. Incluso concedió una gran ocasión a Javi Guerra, que se estrelló contra un gran Manu Herrero. Hecho el planteamiento inicial, Anquela obvió un pequeño detalle: la tremenda facilidad del Valladolid para mover la pelota, hasta hace poco aliada del Alcorcón. Cuando se dio cuenta, los vallisoletanos se habían hecho con la pelota, el campo, el juego y todo lo dominable por la zona. La brega no le valía a los madrileños para contrarrestar el fútbol del Valladolid. Y en una espectacular contra, Javi Guerra aguantó de forma magistral la pelota entre los centrales, abrió a la banda a Nauzet y después remató con el pecho para terminar de engalanar la preciosa jugada.
El tanto noqueó al Alcorcón, que trotó perdido durante unos minutos. Hasta que quiso Anquela. La segunda parte mejoró a los amarillos. Montañés comenzó a encontrarse con Sergio Mora y el laberinto del campo del Valladolid desapareció. El Alcorcón apretó y buscó con ahínco un gol que mereció. La empresa se hizo imposible. El Valladolid había construido un muro impenetrable hasta para el casto Alcorcón. En el mejor momento local, con todo a favor y la grada echada sobre el césped, Peña sacó bajo palos un remate de Agus y Dani Hernández realizó un paradón a disparo de Saúl desde la frontal. El Valladolid había sacado otras virtudes que sólo se adivinan en los equipos de Primera, en la élite. La paciencia y el aguante de los de Djukic les permitieron mantener un resultado que les acerca más que nunca a su regreso a la máxima categoría del fútbol español.
El Alcorcón, por otro lado, merece mención aparte. El 27 de octubre de 2009, el conjunto amarillo sorprendía al mundo y, como equipo de Segunda B, destrozaba al Real Madrid (4-0) en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Entonces nació una leyenda; un equipo que se fue haciendo más y más potente, siempre con la misma base en su plantilla. Tres años y un ascenso después, el Alcorcón pelea con firmeza por subir a Primera División. El mérito no tiene parangón. Un club sin recursos, con un campo pequeño, futbolistas con dos profesiones, etc. El hito de los de Anquela será recordado aunque el técnico no pueda regalar un nuevo milagro antes de entrenar al Granada el año que viene. Todavía tienen la vuelta, pero el Valladolid no parece presa fácil, menos cuando tiene una jugosa ventaja en sus manos.