Playoff de ascenso a primera | Valladolid 3 - Córdoba 0
El Pucela, a un paso
El Córdoba pudo adelantarse, pero perdonó demasiado
El Valladolid jugará la final del playoff por el ascenso tras derrotar a un dignísimo rival que, sin duda, ha sido el que más ha complicado a los pucelanos en los cuatro partidos en los que se han enfrentado ambos conjuntos esta temporada. Y es que se puede pensar, mirando el marcador, que el encuentro fue plácido para los locales. Nada más lejos de la realidad. Porque los de Paco Jémez apretaron muchísimo en la primera parte y pudieron adelantarse en el marcador. Tuvieron el balón, presionaron y crearon ocasiones, pero ni Dubarbier, ni Borja (que fue una auténtica pesadilla jugando en la mediapunta), ni López Silva, ni Pepe Díaz consiguieron marcar el gol que Jémez dijo que saldrían a buscar. Los pucelanos, por su parte, no se encontraban, en una mezcla de nervios, responsabilidad y agarrotamiento que provocaban muchas imprecisiones y pérdidas de balón. Nafti tenía demasiado con guardar la posición y Víctor Pérez no encontraba el espacio para recibir y distribuir. Eso hacía que el balón no llegara a la parte de arriba con facilidad y Nauzet, Sisi, Óscar y Guerra se desesperaban. Pese a ello, la ocasión más clara la tuvo el malagueño tras una jugada entre Nauzet y Óscar, pero el delantero no acertó a batir a Alberto García. Los pucelanos reclamaron también un penalti de los centrales cordobeses a Óscar, justo antes de que Pepe Díaz diera el enésimo susto en una falta directa que se fue por poco antes del descanso.
Todo ello cambió tras el descanso. Los jugadores del Valladolid salieron más tranquilos, con más intención. El que perdona lo paga, dice el refrán y así fue una vez más. Pronto Óscar aprovechó un error de los centrales para marcar. Fue en un balón largo de Dani Hérnandez, el portero que jugaba su segundo partido como titular, en el que Gaspar y Ximo no acertaron a despejar y el charro, más listo, se aprovechó de esa imprecisión para quedarse solo ante Alberto y no falló. Han errado tantas ocasiones últimamente los delanteros del Valladolid, que el regreso de la efectividad es una de la mejores noticias para Djukic.
Sin tregua. El Córdoba no bajó los brazos. Borja y Pepe Díaz pudieron empatar al ganar en dos ocasiones la espalda a los centrales pucelanos, pero no acertaron a disparar entre los tres palos. El nerviosismo se instaló entonces en los 22 protagonistas, conscientes de que esos eran los minutos decisivos. Un gol pucelano, sentenciaba. Un tanto cordobés le daba la eliminatoria a los de Jémez. Y ocurrió lo primero porque Gaspar, exblanquivioleta, tuvo un día horrible y se comió un centro de Balenziaga desde la derecha. El balón le llegó franco a Guerra en el punto de penalti y el malagueño tuvo tiempo de controlar, pensar y marcar.
Todavía los cordobeses tenían cosas que decir. López Silva fue objeto de penalti, pero el árbitro lo sacó fuera del área, justo antes de que Jofre sentenciara ante el delirio de un José Zorrilla que sueña con el regreso a Primera División.