Karim Benzema entra en escena ante el combinado inglés

Por fin los ingleses sacaron de los armarios las banderas con la cruz de San Jorge, la pintura roja y blanca y el orgullo. Sin eso la Eurocopa es mucho menos. Y por fin también los franceses empezaron a sacudirse de encima la falsa modestia que les hizo ser prudentes hasta hace unas horas. Inglaterra necesita el aliento de su gente para creer en sus posibilidades y los franceses han sacado la conclusión que son mejores, uno por uno y como equipo, y que una victoria en el debut del torneo no sólo es necesaria, sino casi obligatoria.

El de hoy es un partido con sabor a clásico que tendrá el patrón de tantos otros jugados ya en esta Eurocopa. Francia se pide el balón, con un centro del campo dinámico (Nasri, Ribéry), con laterales que son casi extremos (Evra, Debuchy) y un delantero de categoría mundial, Benzema. Parece una broma pensar que hace dos años, en el Mundial, era sólo un telonero. Los franceses no han perdido en 21 partidos con Blanc (15 de ellos fueron victorias) y solo temen de Inglaterra el estilo de juego y su fortaleza. El resto dependerá de su estado de ánimo: avergonzados por el comportamiento en el último Mundial, nadie discute la autoridad de Blanc.

Bajas. A Inglaterra se le han caído titulares como Lampard, Cahill, Barry y no puede contar con Rooney en los dos primeros partidos. Pero hablamos del sexto equipo en el ránking FIFA, aunque con un complejo de inferioridad alarmante que ataca al equipo en las competiciones internacionales y que impide que nadie les considere favoritos. Pero cuentan con un par de cosas a su favor: Hodgson simplificará el juego, algo que agradecerá un grupo que se siente más a gusto escuchando a su instinto que a la pizarra; y por otro lado tiene jugadores claves (Young y Wellbeck especialmente, Chamberlain y Carroll desde el banquillo) que pertenecen a una generación que ya no se le denomina 'dorada': las expectativas, además de la falta de conjunción, mató a los Beckham, Scholes, Neville y compañía.

Zidane marcó dos goles en el último Francia-Inglaterra oficial

La Eurocopa del 2004 fue la última vez que Inglaterra se vio las caras con Francia en un partido oficial. Los pross ganaban 1-0 y los bleus marcaron dos tantos en los últimos minutos, una falta de Zidane y un segundo tras un error garrafal de Gerrard que cedió el balón al portero sin apercibirse de la presencia de Ribéry. La jugada acabó en penalti y el segundo tanto de Zizou. Hoy Gerrard es el capitán y tiene la posibilidad de redimirse tras su día más negro. La reciente historia sugiere una clara superioridad francesa, pero el cómputo general muestra lo contrario: de los 28 partidos que han jugado, los ingleses han ganado dieciséis y perdido ocho. Pero eso es sólo una estadística más y los franceses confían más que nunca en cambiar la tendencia y, con una victoria, presentar su candidatura al triunfo final para el que siguen sin contar para las casas de apuestas.