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Liga Adelante | Alcorcón 0 - Hércules 0

Alcorcón sigue soñando

El empate sin goles logrado en Santo Domingo ante el Hércules sirve al equipo madrileño para seguir adelante y disputar al Valladolid la última plaza de ascenso a Primera División.

Alcorcón sigue soñando
Alcorcón sigue soñando

El Alcorcón seguirá luchando por lograr el ascenso a Primera División tras empatar a cero en Santo Domingo ante el Hércules y dejar al equipo alicantino en la cuneta haciendo valer el resultado logrado en el primer choque de la eliminatoria. El Valladolid, que tumbó al Córdoba, será el último obstáculo que los de Anquela deberán eludir para lograr el soñado ascenso a la mejor liga del mundo. El encuentro discurrió con una tónica casi constante durante los noventa minutos, protagonizada por la lucha y por el físico. La ausencia de oportunidades claras de gol hizo inamovible la igualada inicial y no puso en peligro en ningún momento el sueño del equipo madrileño.

A pesar del resultado favorable cosechado en el encuentro de ida en el Rico Pérez, el Alcorcón no se mostró dispuesto a poner en peligro la eliminatoria y salió de forma decidida con el gol entre ceja y ceja. Así, el equipo de Anquela tardó tan sólo un minuto en disfrutar de su primera ocasión clara de gol con un disparo de Borja Pérez que se perdió por encima del larguero del portero visitante. La oportunidad permitió al equipo madrileño amedrentar a su rival y hacerse con el dominio del partido. Los de Mandiá supieron reaccionar a tiempo y protagonizaron su primera llegada peligrosa con un centro de Míchel que se paseó por delante de la portería de Manu Herrera sin encontrar rematador.

Con el paso de los minutos, el encuentro pasó a ser un envite de ida y vuelta, acelerado e imprevisible en el que ambos equipos buscaban el primer tanto. Un cabezazo de Adrián Sardinero al cuarto de hora se fue rozando el larguero y puso un nudo en la garganta a la parroquia local. Tras un tramo en los que las continuas interrupciones se apoderaron del desarrollo del juego, los dos contendientes, cada uno con sus armas, siguieron dado el máximo sobre el césped en busca del objetivo. El equipo visitante buscó imprimirle un poco de pausa al encuentro por medio de un juego combinativo que el Alcorcón no permitió a base de presión en la salida del balón y en el resto de líneas del campo.

La lógica se impuso en la recta final de la primera mitad y tanto madrileños como alicantinos acabaron levantado el pie del acelerador con la mente puesta de forma clara en los segundos cuarenta y cinco minutos, período en el que el partido estaba avocado a resolverse. Ambos equipos enfilaron el túnel de vestuarios con las lógicas cara de tensión tras un primer acto en el que la lucha y el físico acabaron por imponerse al juego elaborado y de toque que el Hércules intentó en ciertas fases del mismo.

Tras el intermedio, el encuentro se reanudó sin cambios en las filas de ninguno de los dos equipos pero, tan sólo siete minutos después, Babin tuvo que abandonar el terreno de juego dejando su sitio a Rueda. Por aquel entonces ya le había dado tiempo al local Ángel para dar un susto al guardameta rival con un centro desde la banda izquierda que se fue envenenando y que estuvo cerca de sorprenderle. David Sardinero replicó a la embestida de los de Anquela con un remate desviado desde dentro del área que sirvió para dejar claro el peligro y la mordiente visitante en ataque. El Alcorcón comenzó a abrir el campo y protagonizó unos minutos en los que fue superior a un rival que buscaba el control en la medular.

A media hora de la conclusión ambos entrenadores comenzaron a mover fichas desde el banquillo. Tras el cambio obligado por la lesión de Babin, Anquela retiró del terreno de juego a Quini para dar entrada a Oriol Riera como hombre de refresco. Mandiá hizo lo propio acto seguido introduciendo en el campo a Carlos Calvo y Tote en los puestos de Adrián Sardinero y Tiago Gomes. El crono avanzó lo suficiente para que el Hércules tomara conciencia de que las oportunidades aisladas que esperó durante todo el encuentro no llegaban y que estaba obligado a cambiar de guión y jugarse el todo por el todo en el tramo final del choque. Con este fin, Urko Vera sustituyó a Mora.

El equipo madrileño agotó todos sus cambios debido a unos problemas físicos de Fernando Sales que le obligaron a dejar su plaza en el césped a Saúl. A falta de quince minutos para el pitido final los nervios y la tensión fueron en aumento tanto en el Alcorcón como en el Hércules. Ambos conjuntos habían comenzado ya a pagar el esfuerzo físico realizado desde el comienzo y libraron una dura batalla, unos por marcar el gol que diera la vuelta a la tortilla y otro porque este no llegara, de la que salió triunfante el equipo madrileño. El Valladolid, que dejó en la cuneta al Córdoba, será el último escollo del humilde equipo amarillo, en su camino hacia la gloria, el ascenso a Primera.